lunes, 31 de diciembre de 2018

Página 119


 Ricardo GAranda (@rgarciaaranda)


Un domingo por la tarde de esos días inidentificables entre el fin del agotado Verano y el principio del tímido Otoño te persigue la idea de la existencia de tus dos vidas, incluso de la conveniencia de que ambas compitan para hacer viable la expresión de una compostura aceptable ante el deseo de apartarse y la necesidad de continuar a pesar de todo.

Un domingo por la tarde de esos en los que parece que el mundo entero se rinde para allanar el camino y hacer menos dramática la presencia del sacrificado y triste lunes, nada te satisface más que encerrarte en tu melancólica existencia mientras paseas por las calles vacías del pueblo que te vio nacer y la vio vivir. 
Con una de tus vidas sonríes a las pocas personas con las que te cruzas. No sólo porque es lo que esperan de ti, sino también porque comprendes que ellas no tienen la culpa de que tu otra vida esté mohína y barruntando tristezas irresolubles.

lunes, 24 de diciembre de 2018

Navidad

Ricardo GAranda  (@rgarciaaranda)

  
Está bien esto de la Navidad. La ventaja de las liturgias es que no tienes que pensar ni decidir gran cosa, haces y ya está. Eso está bien, ¡qué paliza tener que pensar!...y sentir.
Como mucho tendrás que aceptar lo que otros ya han decidido por ti: dónde tomarás las migas, dónde te tocará cenar y con qué parte de la familia. Son unas fiestas cómodas. A mí me gustan por eso y porque ves a la gente tan feliz, tan contenta. Da gusto.

sábado, 15 de diciembre de 2018

Página 119 (y III)


Ricardo GAranda (@rgarciaaranda)



...Vuelan estos versos en esta ciudad, elevados por la brisa que sale de los suspiros que Alberti entregaba a su Mar.
La tarde iba cayendo y la sensación de ingravidez también.

                                                 ………….

Entrar en la Caleta, sin prisas, contando los pequeños pasos porque no hay destino. Dejando mis últimas y efímeras huellas en la arena. Adentrarme ya en esas cálidas aguas de la tarde, notando como a cada paso la mar va conquistando, centímetro a centímetro, mi desnudo cuerpo.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Página 119 (2ª Parte)


 Ricardo GAranda (@rgarciaaranda)


...Y es que no es Cádiz una ciudad  para esconderse, es para recorrerla en compañía, tiene demasiada luz como para ir hablando con fantasmas, demasiado sosiego como para perderse la tranquilidad que te rodea en sus estrechas calles y sus numerosas plazas. Es una pena no disfrutar de esa maravillosa sensación física por culpa de estar inmerso en recuerdos de lo que tu vida fue y ensoñaciones sobre lo que ya nunca podrá ser.

Es Cádiz una ciudad para andarla, pero también para comentarla. No es buena la soledad en Cádiz. Puede asumirse en Toledo, bella por triste, pero no en Cádiz, magnífica por alegre.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Página 119 (I)




Ricardo GAranda (@rgarciaarnda)


Un domingo por la tarde de esos días inidentificables entre el fin del agotado Verano y el principio del tímido Otoño te persigue la idea de la existencia de tus dos vidas, incluso de la conveniencia de que ambas compitan para hacer viable la expresión de una compostura aceptable ante el deseo de apartarse y la necesidad de continuar a pesar de todo.

Un domingo por la tarde de esos en los que parece que el mundo entero se rinde para allanar el camino y hacer menos dramática la presencia del sacrificado y triste lunes, nada te satisface más que encerrarte en tu melancólica existencia mientras paseas por las calles vacías del pueblo que te vio nacer y la vio vivir. Con una de tus vidas sonríes a las pocas personas con las que te cruzas. No sólo porque es lo que esperan de ti, sino también porque comprendes que ellas no tienen la culpa de que tu otra vida esté mohína y barruntando tristezas irresolubles.