LA COLUMNA DE LOS VIERNES
¿Qué nivel de presión
soporta la mayoría absoluta?
Los gobiernos tienen fines. Y
planes para conseguirlos. Este gobierno ha tenido objetivos concretos desde el
principio, desde el momento de elegir a una persona u otra para un ministerio.
A veces necesitan la más experta, el de carácter más adecuado, la más lista, el
más ansioso… Pero siempre una elección referenciada con los fines, con los
objetivos a conseguir en cada Ministerio.
Fines y objetivos definidos, bien
porque los marca su idiosincrasia, bien porque los distintos grupos de presión
saben vendérselos o cambiárselos por votos o medios materiales para intentar
conseguirlos.
Y a éste gobierno, como no
podía ser de otra manera, se le supone el diseño previo, la preparación de la
estrategia para poner sus planes en marcha, los suyos ideológicos y los
impulsados por terceros antes de ser gobierno y mientras lo es.
Es seguro que esa estrategia
ha de configurarla teniendo en cuenta la oposición, la de los demás grupos
parlamentarios, la de las organizaciones políticas y sociales en la calle, la
de los profesionales afectados. Solo cuándo están seguros de poder superar esta
oposición al cien por cien o casi, es cuándo ponen sus proyectos en marcha.
Pero este gobierno partió con
un resultado de mayoría absoluta en el Estado, en la mayoría de CC.AA. y en
muchos ayuntamientos, también el de Madrid, y el de Burgos. Las posibilidades
de superar oposiciones y algarabías eran pues muy altas, lo vieron muy fácil
desde el principio. Iba a ser un partido ganado y ganador si o si.
Encima se encuentran con que
con la situación de crisis económica tan bestial bien se puede convencer a los
insumisos que todo se hace por el bien del pueblo, para poder salvar sus
sueldos y sus trabajos. Nuestra gente nos apoyará y el resto tendrá
que entenderlo. ¡Adelante!.
Y se pusieron manos a la
faena. A privatizar servicios municipales, sanitarios, servicios públicos de
todo tipo, favoreciendo a sus amigos, a los que les apoyan para que defiendan lo
suyo, lo ideológico y lo material. A reformar las leyes laborales para que esos
amigos, entre otros, pudieran despedir y reducir salarios de manera
escandalosa. A despedir ellos mismos a miles de trabajadores y trabajadoras de
la propia Administración. A dar amnistías fiscales que beneficiasen, otra vez,
a su gente próxima, mientras asfixian a los que menos pueden y a los eventos
culturales. Y a dar cumplida satisfacción a su principal lobby, la Iglesia
Católica, con una adecuada ley que recorte las posibilidades de aborto todo lo posible (es decir, todo) y con una ley de
enseñanza que situara mejor las mentes de los jóvenes y los bolsillos de los
centros religiosos. En fin, se pusieron a conseguir sus fines. Era fácil, la
gente se asustó y eso lo hizo más fácil aún.
Era el momento ¡todo
para salvar al país de la ruina que dejaron los socialistas!
¿Qué está ocurriendo entonces? ¿Por qué empiezan a
atascarse las cosas, los proyectos?
Los Hospitales de Madrid no
se pueden privatizar, y encima los trabajadores y las trabajadoras ganan la
huelga de la limpieza viaria, el Ayuntamiento de Burgos tiene que dar marcha
atrás, en Castilla la Mancha hay que reingresar a centenares de trabajadores y
también hay que paralizar privatizaciones y cierres en Sanidad, se reabre el
expediente del accidente de Metro en Valencia después de cerrar su TV como consecuencia del rechazo del ERE
presentado, el apoyo al referéndum para la independencia de Catalunya cada vez
es más fuerte, y lo mismo ahora han de dar servicio sanitario a todos los
emigrantes, sea cuál sea su situación.
Y el remate, la Ley
Antiaborto (ellos lo llaman de otra forma) del Sr. Gallardón, que arde en
deseos por vengar a su padre, parece que se atasca, que está verde, que tiene que dar aún algunas
vueltas. Y la Ley de Educación religiosa (soy consciente de que exagero, pero
me gusta) del señor Wert, ya aprobada, suspende y tiene que esperar al curso
que viene.
Estoy seguro de que la Sra.
Cospedal (si fuera anglosajona sería “Del Hierro”, como la famosa dama de
aquellos lares) no entiende nada. ¿Y para esto la mayoría absoluta?, ¡pues
vaya gaitas! Por eso se ha enfadado con los jueces y
ha dicho lo de que las decisiones las ha de tomar el Ejecutivo. Haciendo
amigos.
Desde que llegaron al poder se han ido
peleando con todo lo que se mueve, y como iban sobrados, pues también se han
dedicado a pelearse entre ellos. A mí me parece exagerada la comparación con la
situación que vivió UCD, pero deben ser los dos únicos casos en Occidente que
se pelean entre ellos teniendo el poder con mayoría absoluta. ¡Qué
grandes!
Debieron tener un fallo de
cálculo, la presión es mayor de la que habían pensado, y se les está haciendo
dura. El previsto ataque al principal partido de la oposición y a los
sindicatos de clase ya no basta. Se han cubierto, se han expuesto menos, ya
saben lo que es tener un gobierno de derechas con mayoría absoluta y han
actuado en consecuencia. Mi aplauso, pero esto es otra historia.
La movilización se ha extendido,
en cantidad, calidad y variedad. Aunque a veces no lo parezca, la sociedad está
adquiriendo mayores niveles de democratización, está recuperando algunas
esencias del Movimiento ciudadano, y han
surgido con una fuerza tremenda los Movimientos de profesionales, en sectores
muy especializados como son Sanidad y Educación. Solo faltaban las muestras de
apoyo internacional, como en otros tiempos. Bienvenidas fueron entonces y
Bienvenidas lo son ahora.
Están de los nervios. Con los
graves problemas internos y de tribunales que tienen, si no encuentran nuevos
argumentos que convenzan, esta sociedad los va a fagocitar. Ellos creen que necesitan
tiempo para levantar el vuelo y situarse mejor para las elecciones de 2015 y
2016. Yo personalmente pienso que les vendría mejor adelantar todas las
elecciones a mañana mismo.
Solo me da miedo cuando
pienso en la reacción de un gato acorralado.
Ricardo Garanda Rojas
@rgarciaaranda
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