LA COLUMNA DE LOS VIERNES
LA BRECHA
En éste país, ser mujer supone cada vez más estar en
situación de riesgo. A las amenazas personales de acoso y violencia, de
marginación y arrinconamiento profesional, hay que incorporar los cada vez más
evidentes riesgos de pobreza.
Datos y más datos que confirman la evidencia del
ensanchamiento de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Pero ésta brecha es una directa consecuencia de una de las
mayores estupideces de unas generaciones que no acabamos de comprender que esto
sin la mujer no puede funcionar, que se puede parar, que muchos engranajes de
ésta máquina dependen directamente de
los talentos, las habilidades, la preparación intelectual y psicológica de lo
que de forma estúpida e ignorante hemos venido denominando sexo débil.
Si no por un necesario concepto de justicia en la igualdad,
el machismo imperante tendría que reaccionar al menos con el egoísmo que suele
lucir y mostrar un mínimo de
inteligencia para comprender que cuándo
algún día la mujer consiga superar su ancestral opresión nos interesaría estar
preparados y poder decir : fuimos
justos, lleguemos a un acuerdo.
Pero por éste camino no.
En lugar de ello, ahora en momentos de complicaciones laborales,
volvemos a practicar ese egoísmo de manera cortoplacista y nos las apañamos
para que esta crisis afecte antes y de manera más intensa, otra vez, a la
mujer.
Es verdad que hay ideologías más sensibles a superar estas
desigualdades, pero tan verdad como que en todas partes cuecen habas, y que hay
organizaciones sociales previsiblemente
imbuidas de esas ideologías, que mantienen comportamientos totalmente
reprobables. La Brecha entre hombres y mujeres se comprueba en las diferencias
de ingresos por el trabajo, y también en las exigencias a unos y otras para
asumir trabajos de mayor responsabilidad, y también en las diferencias de
demostración de nivel cualificado que se exige a unos y a otras, y también…
Estamos despreciando, como si nos sobrara, la enorme
capacidad productiva que tiene la mujer, simplemente por la importancia que para
nosotros tiene situarnos por delante.
Hay que ser torpe, lo único que estamos demostrando con esto es que
quienes dirigen esta sociedad, demuestran unos niveles de inmadurez que nos
rebaja a todos y a todas a niveles cercanos a la supervivencia.
Y por cierto, ya que las instituciones parece que aceptan,
de manera imperturbable, esta situación de grave pobreza en el que está entrado
ésta mitad de nuestra población, hay un dato, el único que voy a dar en este
artículo: el 80% de las familias monoparentales dependen de los ingresos de la
mujer. Si no existen esos ingresos hay terceros que están pagando las
dramáticas consecuencias.
Yo SI quiero ver
mujeres en las direcciones de las grandes empresas, de las organizaciones
sociales, de los sindicatos, de los partidos políticos, de las instituciones
del Estado. El hombre tiene que asumir la competencia desde la igualdad y tal vez, aún, la mujer tiene que
atreverse a dar un paso más. Conozco a muchas que llevan tanto tiempo
estudiando y trabajando en la sombra (con escaso reconocimiento) que estoy
seguro están perfectamente preparadas.
Seguro que nos iría mejor.
Seguro que nos iría mejor.
Ricardo Garanda Rojas
(@rgarciaaranda)
PD. La foto que ilustra este artículo corresponde a las I Jornadas Estatales organizadas por CCOO con la colaboración de EEA GRANTS para analizar La acción sindical frente a la brecha salarial. Estas jornadas se han desarrollado durante los dias 3 y 4 en Valladolid.
PD. La foto que ilustra este artículo corresponde a las I Jornadas Estatales organizadas por CCOO con la colaboración de EEA GRANTS para analizar La acción sindical frente a la brecha salarial. Estas jornadas se han desarrollado durante los dias 3 y 4 en Valladolid.
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