No es lo mismo decir: “Somos más
ricos”
Que decir: “Somos más ricos”.
Parece lo mismo, ¿Verdad? Pues no, y tampoco es un juego de palabras.
Son dos cuestiones muy distintas
según nos refiramos al nivel de nuestra riqueza personal o al número de
personas a quienes afecta la definición de ricos.
Pero en ambos casos afecta al PIB
y podemos decir aquello de que tocamos a medio pollo por español aunque algunos
no lo caten.

El caso es que durante los años
de crisis, esa cifra de ricos ha aumentado el 40%, quinientos mil nuevos ricos. Y eso sin que entremos en el pequeño
detalle de lo que haya aumentado la riqueza individual, no ya de éstos nuevos
ricos, sino de todos y cada uno, de los de toda la vida, de esos que ganan
cuándo las cosas van bien y se lo embolsan, haciendo exactamente lo mismo
cuando las cosas “van mal”.
Sus riquezas son personales
triunfos sociales y profesionales y se consiguen a costa de los fracasados, los
que no estaban preparados para llegar al mismo nivel de ellos.
Las políticas realizadas por la
derecha tienen éste fin y han triunfado. Por eso dicen que vamos mejorando, no
mienten, la gente para la que ejercen la gestión de lo público, a la que deben
sus cargos, se está forrando y eso es un indiscutible éxito.
Y mientras, el resto de la
población se va empobreciendo cada vez más. Y se irá empobreciendo más y más
porque para que no fuese así se necesitaría un Estado Solidario y esto cuesta
dinero. Y las políticas de derechas (estas que hacen aumentar el número y el
nivel de ricos) impiden ésta
posibilidad porque son políticas dónde a
los ricos se le condonan la mayor parte de sus impuestos y a los demás se le va
reduciendo de tal manera sus ingresos que apenas les queda para aportar a las
arcas de ese Estado.
Esto nunca ha sido una crisis
accidental provocada por estallido de burbujas o fraudes piramidales, esto ha
sido siempre un bien calculado y forzado movimiento telúrico de los espacios
productivos y especulativos a favor de estos últimos en un movimiento
centrífugo que va dejando bajo mínimos el centro productivo. Se mantiene lo
justito para sujetar esa fuerza centrífuga y que no se les estropee el negocio.
Y para controlar posibles
insatisfacciones pues ya se sabe: promesas de cariño, leyes represoras para
quien no se deje querer, y nuevas normas, llamadas tratados comerciales, que centralicen a nivel mundial las reglas de
juego, de tal manera que cuántos menos haya en la mesa de las decisiones,
mejor.
No estamos en una situación
coyuntural, no es cierto. Los que se están enriqueciendo a costa de los demás
no van a devolver ni un euro, bien al contrario, van a seguir generando más
riqueza, esencialmente especulativa, que no va a repercutir apenas en quienes
han perdido sus bienes, su empleo, sus derechos de condiciones laborales
dignas. El Capitalismo de siempre ahora bien implantado y perfectamente
encajado gracias a la exitosa crisis.
Esto no es una coyuntura, han
creado una situación perfectamente estructural y estructurada y piensan
mantenerla.
De momento son Más y Más. Y a
nosotros nos va quedando menos de todo…
Ricardo
Garanda Rojas (@rgarciaaranda)
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