Una
vez conocí a una mujer.
Y
la seguí conociendo durante muchos años, y la fui conociendo mucho, y ella a
mí, y nos fuimos cambiando.
Y yo ahora soy parte de aquella mujer que conocí
hace mucho tiempo.
Hoy
presentamos “Ella” en la coqueta cueva de la librería Hojablanca de Toledo.
“Ella” es una colección de poemas en la que hablo de la mujer que conocí hace
muchos años y que me mejoró y que ahora soy parte de ella.
Hay
un capítulo, “La Sangre que no se ve” de poemas de aquella época en la que
empezamos a conocernos, a querernos. Cuarenta años hace que escribí estos
versos:
“Nuestra historia no tiene final
Porque nos hemos saltado la última
página”
Los
demás capítulos, “Conmigo”, “Pec-Tac”, “Lágrimas”, “La última habitación” y
“Los tiempos sin ti” hablan de su enfermedad, el cáncer que al final la venció, de
ella, de sitios dónde estuvimos juntos, solos o con nuestras hijas y nuestras
amigas y amigos, de esos mismos sitios en los que ahora ya no está. Hablan de
ella y de mí.
Pero
es sólo poesía, mi poesía. No es vida.
Por
eso la presentación de éste libro tiene los esquemas cambiados. No es el libro
el protagonista, ni mucho menos el autor. Es Ella, Felisa. Ella es la
protagonista, es su historia, y nosotros lo único que haremos en la coqueta
cueva de Hojablanca será rendirle un humilde homenaje que queremos sea bello.
Cualquier
persona que haya empezado a leer este libro comprenderá que en él me he dejado
“tiras” y las enseño en público. Ha sido difícil, pero, cómo en uno de los
poemas digo
…tendremos nuestras conversaciones,
es plenamente factible,
tu conoces mis preguntas
y yo las tuyas.
Los dos conocemos
nuestras respuestas…
Felisa
quería que esto fuera así y así ha sido. Fue ella quien me animó a publicar el
primero y llegó a conocer buena parte de los poemas que en éste salen a la luz
y me animaba a acabarlo cuanto antes, pero las manos se me congelaban y fui
lento, demasiado lento.
Yo
no sé si los poemas de este libro son de buena o mala calidad literaria, me
gusta creer a mis amigos cuándo me dicen que sí. Pero son mis amigos y mis
amigas. Tampoco tiene excesiva importancia, la poesía es un mero instrumento,
mi instrumento para expresar ideas y sentimientos. Os ruego que no os empeñéis
en buscar calidad en mis versos, el objetivo de este libro es recordar a Felisa
y conocer un poco de los sentimientos que inundaban el aire en los últimos
meses de su vida. Un día prometí que haría todo lo que estuviera a mi alcance para ayudar a que nadie la olvide,
y eso es lo que hago.
Y
lo que seguiré haciendo.
“Si pudiera luchar y vencer por ti,
cambiar el destino
escrito en la negra pizarra
que marca mi desgarro…”
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