Ricardo GAranda 040823
Voy vaciando mi
casa a la par que mi mente se queda vacía.
Vacío de mi casa,
vacío de mi mente,
vacío de mi yo que
de puntillas dejo de ser yo.
(C.E. ”Voy vaciando mi casa”)
Carme Elías, actriz,
participante en 40 películas, 25 programas y series en TV, y 48 obras de
teatro, ha tenido que parar.
Y nos lo cuenta en su
libro “Cuando ya no sea Yo”, el producto de su decisión de hacer público su
estado, enferma de Alzheimer. Lo quiso contar porque pensó que le vendría bien
para sobrellevarlo, y si eso ayuda a alguien más, pues perfecto.
El título del libro es
muy expresivo y enfoca perfectamente el resumen de lo que en él podemos leer.
Acompañada por su amigo Al, que así llama a su enfermedad, nos va narrando un
poco de su vida, sin entrar en muchas profundidades, y lo hace con el urgente
deseo de contárnoslo mientras pueda, mientras Al no se imponga y sea
irreversible el no recordar nada y el confundir todo. Se muestra muy agradecida
a la gente que le ha ayudado en su vida, la que ha estado a su lado, también
nos cuenta los dolores sufridos como consecuencias de decepciones personales.
Pero en los casos negativos ni siquiera cita nombres. Como si quisiera irse
retirando poco a poco dejando la orilla de arena con la suavidad del mar cuando
va bajando la marea. Nada de olas bruscas. O como ella misma dice: “A mi amigo Al no se le notan sus malas
formas. No es ruidoso y no duele. No te parte el corazón y no te deja el cuerpo
dolorido ni la autoestima en la basura. Es muy discreto, simplemente te va
abandonando de puntillas: un día se lleva una muda, otro día algún abrigo, otro
día calcetines y así hasta que el armario se queda vacío”
Conoce la enfermedad, es
totalmente consciente del proceso que va a sufrir y, a pesar de ello, a veces
se sorprende. “¿No habrá un error de
diagnóstico?”. Ella se encuentra bien y le extraña que se vaya a encontrar
mal. Lo detectaron por ser actriz, necesitaba mucho de la memoria para su
trabajo y ésta comenzó a fallar, ya no retenía en la cabeza la literalidad de
los textos como hacía antes.
Su último capítulo está
dedicado especialmente a esta idea, a este imperioso deseo, y lo reivindica: “Quiero, pido, exijo una muerte digna”.
Y no lo pide solo para ella, es consciente, y dice que lo es, que hay muchas
personas en situaciones parecidas a la suya, con diagnósticos distintos, pero
con un mismo deseo reivindicativo: “Muerte
digna, por favor. ¡Maldita sea, todos a una!”
“Cuando
mis palabras se enrosquen en un idioma indescifrable,
cuando
mire sin ver,
cuando
vea sin mirar, vagabunda, ajena a lo que sucede,
cuando
me duerma recién vestida
o
me despierte recién dormida,
cuando
reaccione a un sonido amable
o
me asuste una vaguedad indescifrable,
cuando
mi cuerpo no responda a un estímulo
aunque
obediente se pliegue al sonido conocido,
cuando
las voces amadas no me arranquen una sonrisa
o
las poesías preferidas ya no rieguen mi rostro
con
gotas suaves como caricias,
entonces,
quiero una muerte digna.”
(C.E.
“Y pido una muerte digna”)
¿Cómo
no vamos a leer esta historia? No diré yo que sea una gran obra de la
literatura, pero sí que es una gran lección de vida, escrita en primera persona
por quien sabe que la suya, poco a poco, se escapa.
Si, conviene leerla.
Una historia oportunamente traída.
ResponderEliminarLa ley de muerte digna extiende derechos.
Todas las personas que necesiten acogerse a la ley, podrán hacerlo, pero no se obliga a nadie.
Morir dignamente es tan importante como vivir dignamente.
Totalmente de acuerdo. Pero, como la propia Carme dice en su libro, "estamos aún en la prehistoria con este tema". Avanza la ley, pero no las mentalidades.
EliminarQueda mucha pedagogía por hacer. Recientemente en una conversación una persona me dijo que la ley de eutanasia está hecha para quitar de en medio a los ancianos. Traté de razonar con dicha persona y tuve que dejarlo por imposible.
ResponderEliminarNo trates de convencer a un necio siempre quedará encima. Perdida de tiempo.
EliminarVí una obra de teatro (monólogo) que interpretaba el mismo médico al que acusaron por haber cumplido con la voluntad de una paciente, antes de que la ley existiera, y es un personaje muy interesante, y la reacción del público, al que se invita a que hagan de jurado, también es muy interesante, ya que todo el mundo comparte sus historias. Estoy totalmente de acuerdo.
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