El politólogo
noruego Lars Mjoset desarrolla una teoría bastante asumible en estos tiempos
que vivimos sobre el desfase entre el comportamiento de los políticos y los
deseos reales de la sociedad. Las políticas de los dirigentes de los partidos y
de los gobernantes tienden a mantener una línea continua, horizontal si lo
expresamos en un gráfico, avanzando linealmente en el tiempo con los
planteamientos sociales de los que partieron en algún momento. Mientras que en la
sociedad, los colectivos, esperan otra cosa, esperan avances de verdad,
nuevos, distintos según avanzan los tiempos y con ellos las propias necesidades
sociales. En ése mismo gráfico sería una línea inclinada, creciente, hacia
arriba. En un momento determinado se
produce una diferencia entre ambas evoluciones, entre ambas líneas, que Lars pondera como “la crisis del sistema”.
Si aceptamos esta explicación para ir
comprendiendo el desarraigo que, cada vez más, se está produciendo en España
entre la sociedad votante y los políticos votados, nos estaremos acercando a la
tremenda importancia que en nuestro presente y para nuestro futuro significa el
concepto de “Cambio”. Ni siquiera sirve hacer las cosas que tradicionalmente se
han aceptado como buenas, cuándo los colectivos sociales piden avances es
porque entre sus necesidades y la respuesta de los políticos, de los
dirigentes, se ha provocado ya un desfase que provoca “crisis del sistema”.
Lleva tiempo ocurriendo a nivel
Nacional, y ni el 15 M ni la evolución en la respuesta social en Catalunya ha
servido para que el Partido Popular, en el gobierno, haya entendido que la línea
horizontal es insuficiente, que hasta las tácticas conservadoras han de
evolucionar con la realidad de las gentes.
Esquema de Lars Mjoset |
Pero ese cambio que con fuerza surge en
torno a ese Congreso y que tendría que abrirse paso esencialmente en dos
terrenos: mayor democratización y participación de las bases del partido y
nueva estrategia de alianzas que desbanque cuánto antes al Partido Popular, que
el grupo parlamentario socialista anterior al Congreso permitió gobernar, va
entrando en periodo de ralentización.
Y es que el esfuerzo por combatir los viejos métodos y las viejas estrategias parece que se acabó, para parte de la militancia, en
el hall del Palacio de Congresos de Madrid. Y el verdadero cambio, la
necesitada evolución de políticas hacia lo que la ciudadanía demanda, aún no se
ha conseguido en el PSOE, es más, está corriendo ciertos riesgos de involución.
Susana Díaz y todos los que defendían
unas estrategias y políticas determinadas cuándo provocaron la dimisión del
Secretario General, cuándo apoyaban la firma del acuerdo TTIP y cuándo se abstuvieron para que Mariano
Rajoy siguiera de Presidente del Gobierno, no lo hacían por accidente o porque
no hubiesen comprendido las alternativas. Es obvio que eran consecuentes con
sus ideas, planes y deseos. Y siguen siéndolo ¿por qué iban a cambiar? Ni que
fueran veletas moviéndose al viento que más sople. No, siguen en ello, es, por
otro lado, lo razonable. Y están parando el Cambio, lo están ralentizando,
están consiguiendo que Pedro Sánchez y su equipo no lleguen a controlar el
Partido que dirigen desde que ganaron el Congreso.
Hay un axioma que dice “si quieres
cambiar las cosas no sigas haciendo lo mismo”, o algo así, adaptándolo a personas
sería como decir “si quieres cambiar las cosas no cuentes con quienes las han
venido haciendo hasta ahora”. En las comunidades dónde siguen dirigiendo el
partido los mismos que antes van a seguir funcionando con la misma falta de
compromiso con las bases que antes, y si hay que volver a decidir entre seguir
dejando gobernar al PP o aliarse con otros partidos de izquierda, estos
dirigentes van a tener la misma postura que ya tuvieron.
Este sábado hubo primarias para la
elección de Secretario General en Castilla la Mancha. Emiliano García Page ganó con un margen muy importante, pero el debate estuvo equivocado, no era la capacidad o incapacidad de Page, es un hombre del partido de toda la vida, tiene
experiencia y, con frecuencia, buen criterio. Pero Page, como todos los de la vieja escuela sigue la
línea horizontal del esquema de Lars Mjoset, avanzará desde un viejo compromiso
de las cosas que había que hacer, no va a cambiar nada que le pudiera permitir
adaptarse a las demandas actuales de la militancia.
El Cambio es un concepto que tiene más
que ver con la evolución de las organizaciones y de las instituciones que con
personas concretas. Pero la lucha por el cambio a veces se hace complicada,
dura. Según la distancia personal que nos separe del ámbito del cambio que
defendemos se acorta, para los militantes de base resulta más complicado. Con
Susana no había relación personal, los castellanos manchegos podían apoyar a Pedro Sánchez sin tener que
mirar a la cara de su rival y su gente, pero ahora es distinto, para defender
al candidato que podría haber supuesto el cambio había que mirar a la cara de los que están en
el otro equipo, y esto a veces es complicado, son muchos años de relaciones,
dentro del partido y en lo personal.
Desde que en el PSOE se inició el
proceso de primarias a nivel nacional, muchos supieron que avanzar en los
cambios era vital para el futuro y fueron consecuentes con esa idea, pero para
luchar por el cambio se necesitan esencialmente dos condiciones: Seguridad en tus
ideas y Valor.
Los verdaderos planteamientos de Emiliano García Page y su equipo siguen siendo los
mismos, ¿por qué iban a cambiar si están convencidos de ello? Hoy volvería a
trabajar por Susana Díaz para derrocar a Pedro, hoy se opondría en la Ejecutiva Federal a que se hicieran alianzas con UP, hoy volvería a defender la
abstención en el Parlamento para dar el gobierno a Rajoy…
En ésta involución, y cómo “para muestra
basta un botón”, el PSOE de Andalucía ha votado con C´s y PP en su Parlamento lo contrario que su partido
ha votado en el Parlamento nacional sobre Catalunya. Susana es la gran aliada
de Page, no se nos olvide.
El reelegido S.G tiene en sus manos aceptar las nuevas posiciones adoptadas en el 39 Congreso Federal, los militantes debieran exigirlo y vigilarlo, pero si a los militantes les faltan esas dos
condiciones de Seguridad y Valentía, la lucha por ese cambio se iría acercando al
fracaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario