Ricardo Garanda (@rgarciaaranda)
14-06-2019
En los momentos de
confirmación de los gobiernos municipales y autonómicos se está observando un
cierto desasosiego entre las gentes “de izquierda” ¿Por qué?
Simplemente
porque desde la noche de las elecciones se han venido haciendo muchas
elucubraciones, más fruto del entusiasmo que de lo que la racional
realidad indicaba. La misma noche de las
elecciones sabíamos que había que sumar el resultado de los partidos, cada uno
en su bloque, y de esa manera saber quién iba a gobernar en cada sitio.
Cierto es que un partido extraño como Ciudadanos ha planteado, y sigue haciéndolo,
cuestiones de imagen que se han prestado a la confusión.
Es verdad que el PSOE
fue el partido ganador en la mayoría de los ámbitos y parece que ese hecho
podía servir de base para que muchos de sus votantes reclamaran unos derechos
inexistentes, ocultando así algo fundamental: En una parte importante de comunidades y grandes ayuntamientos la derecha ha obtenido más votos que la
izquierda.
En este aspecto, los
argumentos de que la Ley Electoral es injusta se caen ante la realidad: En la
Comunidad de Madrid la suma de los partidos progresistas que han obtenido
diputados es de algo más de un millón y medio de votantes (1.530.620), mientras
que los Conservadores suman casi cien mil más (1.624.856). Para el Ayuntamiento
de Madrid Capital, algo parecido: PSOE y Mas Madrid suman cien mil votos menos
(727.572) que PP, Cs y VOX (830.577).
Más ejemplos: En
Castilla y León la izquierda sumó algo más de seiscientos mil votos y la
derecha más de ochocientos cincuenta mil. Ya había ocurrido esto en Andalucía.
Es cierto que muchas y
muchos pensaron en la posibilidad de que una estrategia distinta de Ciudadanos
hubiese hecho variar todo. Tenía sentido pensarlo, porque al final Cs lo que
está consiguiendo es dar poder y vida a un PP, al que se supone que querían
hundir bajo sus pies, y abrir la puerta
de las instituciones a la extrema derecha de VOX.
¿Por qué ha seguido
Ciudadanos esta estrategia? ¿Por su odio a Pedro Sánchez? No lo creo en
absoluto. Pero es muy cierto que ellos obtienen más perjuicios que beneficios: entre el PP y VOX se lo pueden comer, cuando han tenido en sus manos dejar a
ambos fuera de las gobernanzas.
A mucha gente siempre nos pareció que Ciudadanos
era un partido artificial, sin criterios fijos, adaptable. Partido parche según
las necesidades que tengan los poderes que le manejan.
Parece que en su día le
“sugirieron” a Rivera que pactara con Pedro Sánchez para que este no llegara a
un acuerdo de Gobierno con Pablo Iglesias. Gracias a la inestimable
colaboración de aquel viejo PSOE, aquella operación terminó con la continuidad
en el Gobierno de Rajoy. A partir de ahí, el encargo que parece hicieron a la
dirección de Cs fue el de prepararse para sustituir a un PP que se hundía por
sus casos de corrupción. Pero no pudo hacerlo, no creció suficiente y el PP
aguantó. Su campaña fue la de alguien que iba a ser la cabeza de la oposición y
eso no fue así.
Así las cosas, no podían tolerarle que
se aliara en gobiernos con el PSOE y quedara así la derecha española en la
calle y hecha trizas.
Por eso, Albert Rivera,
al día siguiente de las elecciones comenzó haciendo un ofrecimiento absurdo:
Pactaría con los dirigentes del PSOE que negaran a Pedro Sánchez. Parecía
imposible que eso pudiera ocurrir, nadie con el suficiente respeto a su partido
haría tal cosa. ¿Nadie? Ha habido una excepción en Castilla la Mancha. Pero es
justificable, en esta comunidad el cabeza de cartel no iba con un mensaje que
sugiriera “Mejor con el PSOE”, en realidad, en los carteles ponía “Mejor con
Paje”. Por tanto, podríamos concluir que en esta Región quien ha sacado mayoría
absoluta no ha sido el PSOE, sino el Sr. Page, "El hombre que rechazó las fresas y prefirió la Nata" (enlace columna) Luego está en su pleno derecho
de pactar con quien quiera aunque sea a costa de negar tres veces a su
secretario general antes de que cante el gallo.
Y luego queda el asunto
de VOX. Ante él Ciudadanos ha intentado, aunque de forma muy chabacana, marcar
una cierta distancia formal. Pero el PP no se ha cortado ni lo más mínimo. Para
nada le ha afectado lo que desde Europa le pudieran estar diciendo, si es que
decían algo. La unidad entre el partido de Casado con la ultraderecha está
siendo de lo más natural, con un guion sin apenas sobresaltos. Al final los
esfuerzos no son de PP y Cs para conseguir los votos de VOX, sino los de VOX y
PP para conseguir los de Cs.
Estos dos partidos son
amigos, los líderes populares apenas se sorprenden de los mensajes de los de
VOX porque ellos piensan esencialmente lo mismo sobre los temas que se ponen encima
de la mesa: feminismo y violencia de género, emigración, privatizaciones de los
servicios esenciales, memoria histórica, modificación del Estado de las Autonomías, etc...
Bien, pues así están
las cosas. Y que conste que, viniendo de dónde venían, creo que el avance del Partido
Socialista de Pedro Sánchez ha sido importante, ganando en las generales,
siendo la lista más votada en la mayoría de las circunscripciones y
consolidando el Gobierno de importantes comunidades y ayuntamientos. Parece el único partido nacional con un horizonte abierto y luminoso.
Me duele no haber
podido decir ¡Hola! a un gran hombre como Gabilondo y tener que decir ¡Adiós! a
una gran mujer como Carmena, pero faltaron votos de la izquierda madrileña.
Próximo destino:
Galicia.
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