viernes, 24 de febrero de 2023

La gente de bien

Ricardo GAranda  24022023


En Redes

¿Es verdad que el Sr. Feijoo ha dicho que deje el Gobierno de molestar a "la gente de bien" con sus leyes de apoyo a las minorías? Para él ¿Quiénes son sus "gentes de bien" y qué defienden? ¿La "gente de bien" se molesta porque haya leyes que protejan a las minorías maltratadas?

¿Qué gente de bien es esa que señala Feijoo? ¿Tal vez la de misa diaria? ¿Tal vez la que maltrata y odia al diferente? ¿Tal vez la que no necesita regulación del SMI?

¿Estamos molestando a los de arriba, Señor Feijoo? Poco solidario, Sr. Feijoo, muy elitista hasta para el PP.


 En este Bloq

Son buenas gentes que viven

laboran, pasan y sueñan,

y en un día como tantos

descansan bajo la tierra.

                                                                                                 (A. Machado) 

Sinceramente creo que el Sr. Feijoo, a veces, no sabe lo que dice. Yo creo que “la gente de bien” no está de acuerdo con él en que las leyes que protegen a minorías sociales y económicas les moleste.

Claro, yo esto lo digo pensando en lo que durante toda la vida se ha entendido por “gente de bien”: personas laboriosas, que quieren la felicidad para los suyos y para el resto del mundo, que no están de acuerdo con las injusticias, que siempre están pensando en que debieran echar una mano para que todos nos llevemos lo mejor posible. Personas creyentes en algo superior a quien deben rendir cuentas. Amables, amantes de su familia y cuidadosos de que todo vaya bien y no les falte lo esencial a los suyos. Gentes que dan los buenos días con alegría y las buenas noches con cansancio. Que duermen con la conciencia tranquila, aunque siempre con el gusanillo de que hay alguna cosa que debiera mejorar en el mundo.

 Yo siempre he creído que lo que toda la vida nos vendieron como “gente de bien”, tenía, más o menos, ese perfil. Y si mis conocimientos a este respecto no son erróneos, el señor senador por Galicia se equivoca, porque a esta gente jamás le molestará que se aprueben leyes que mejoren las condiciones sociales y laborales de aquellas personas que necesiten esas mejoras y que por ello las reivindican.

 Si, por el contrario, el actual presidente del PP, considera que “la gente de bien” son aquellas personas que tienen la vida resuelta, que no necesitan para nada que se legisle sobre el SMI, ni sobre la situación de las personas “trans” porque entre ellos “no hay de eso”, ni sobre la violencia de género porque piensan que se trata de violencia familiar que han de resolver en el seno de cada familia.  Que son personas que en realidad lo que quieren es que se les apoye económicamente para ganar más de lo que se puedan gastar ellos y tres generaciones sucesivas, que se envuelven en su patriótica bandera y comulgan con beatífica sonrisa mientras explotan a sus trabajadores y desprecian de manera inmisericorde a quienes les piden un poco de generosidad y solidaridad con el resto. Si considera que el concepto de “buena gente” define a banqueros e industriales acaparadores de enormes riquezas o a sacerdotes hipócritas que tratan de dar lecciones al resto de la humanidad invitándoles a comportamientos que ellos no están dispuestos a mantener. Pues entonces, este señor se equivocará más aún, porque no se puede gobernar pensando exclusivamente en no molestar a este reducido grupo de personas, por mucho dinero y bendiciones que tengan.

 Y si el señor Feijoo cree que si, que se puede y se debe gobernar manteniendo la prioridad de no molestar a “estas gentes”, quiere decir que ese es su verdadero objetivo, que para poder llegar a ese punto estará justificado todo su comportamiento y el de los suyos: Mintiendo, robando, protegiendo a personas repudiables que se aprovechan de las peores crisis sociales…Todo queda justificado si el objetivo es llegar a gobernar para proteger y enriquecer a los próceres indeseables de esta sociedad.

 Mi conclusión, Sr. Feijoo, es que, por encima de su ignorancia, está su ansia de servir y besar la mano de quien le guía, a costa de hacer o decir lo que en cada momento le parezca necesario al propietario de esa mano. Yo creo que usted no va a conseguir ser presidente de esta Nación, como mucho, le van a permitir una sola opción y ningún líder del PP consiguió nunca ganar el Gobierno en su primera oportunidad, y además no le veo a usted los mimbres para que pueda ser el primero en conseguirlo. Pero si yo y la estadística nos equivocamos y, al final, lo consigue (siempre gracias al apoyo de los fascistas), personalmente no le habrá valido la pena si ni siquiera sabe usted distinguir quienes están incluidos en el buen concepto de “La buena gente” y quiénes no. Usted no lo estará, pero tranquilo, su rival interna, la que le dará, como mucho, una sola oportunidad en el PP, tampoco.

Mala gente que camina

y va apestando la tierra

                     (A. Machado)



 

viernes, 17 de febrero de 2023

“Haga como yo, no se meta en política”

 


Ricardo GAranda 170223

La trasgresión de la inteligencia en la herencia cultural de nuestro país resulta algo más difícil de superar de lo que, a veces, hemos llegado a pensar algunos optimistas irredentos.

Dice la leyenda que, cuando había discusiones entre los ministros, Francisco Franco daba ese consejo de “haga como yo, no se meta en política”. En la misma línea de aquella frase de Sazatornil en La escopeta nacional: “Yo, apolítico, siempre de derechas, como mi padre”. Rematando, y esto ya no es ni leyenda, ni guion cinematográfico, con el concepto de “Mayoría silenciosa”, refiriéndose a quienes no iban a manifestaciones de protesta, del insigne Arias Navarro, aunque dudo de que se le ocurriera a él, sería al MAR de turno.

Ahora, Doña Isabel Díaz Ayuso, con una ufanía rozando la demostración de ignorancia, descubre y publica que las manifestaciones a favor de una mejor sanidad pública en Madrid, son políticas, en su génesis y en su desarrollo. Tremendo y revolucionario descubrimiento.

¡¡Pues claro que son actuaciones políticas!!, como no puede ser de otra manera, sobre todo porque tratan de contraponerse a decisiones políticas que se toman desde ese gobierno autonómico.

La política se define por las decisiones políticas, y estas siempre tienen sentidos contra- direccionales, acción-reacción, causa-efecto. Hasta la física entiende de las resistencias. Pero Dña Isabel NO.

Ella, su equipo, su partido, han decidido que hay que reducir sustancialmente las posibilidades de la atención pública en la Sanidad española y potenciar, directa o indirectamente, el servicio de la sanidad privada. Esto ya ocurre en países como EEUU, y muere mucha gente, cientos de personas todos los días por no tener medios económicos para ser atendidos por ese servicio privado.

Y esa es una decisión política tomada desde su Gobierno Autonómico. La respuesta, en su Parlamento, en las tertulias, en la calle, será una respuesta igualmente política. ¿O es que se cree esta señora que solo se puede tildar de política lo que deciden desde la “verdad absoluta” de la derecha? ¿Pardilla o ignorante? Yo creo que ninguna de las dos cosas. Más bien, muy mal asesorada por quienes de pardillos o ignorantes no tienen nada en absoluto.

Que la gente de izquierdas acudió en masa a esas manifestaciones que a la Presidenta tanto le molestan, claro, a defender lo suyo, la sanidad pública, universal, gratuita. ¿Por qué no convoca el PP a una manifestación a favor de la desaparición de esta Sanidad pública como consecuencia de la bajada de impuestos, de la desaparición de los impuestos, que es lo que defienden sus ideas ultraliberales en la línea de Sarah Palin y Trump? No hay agallas, es más fácil y eficaz mentir.

No se metan en política, que eso es de izquierda radical, pretende decir esta señora. No protesten, no reivindiquen, que eso es de rojos bolivarianos. Reflexiones y mensajes surgidos de las más claras raíces franquistas. Por eso consideran normal prohibir las recogidas de firmas y los carteles animando a esas protestas para defender los intereses de las y los trabajadores sanitarios. Durante el franquismo tampoco lo permitían, estaba prohibido y perseguido, si te pillaban poniendo un cartel o repartiendo octavillas, directamente te detenían. La policía te detenía y, en Madrid, te llevaba a la DGS, allí mismo, debajo del despacho de Doña Isabel. Eso le hubiese gustado a esta señora, y a muchos y muchas del PP, y a todos y todas de VOX.

Cuando ustedes se manifiestan al grito de la unidad de España, están haciendo un acto de interés político. Cuando nosotros nos manifestamos por la salvación de la Sanidad Pública, también sabemos que nuestros gritos son voces políticas.

Compréndalo, Señora, aunque presumo de que no le será fácil.

 


jueves, 9 de febrero de 2023

Ley Si es Si: galgos o podencos

Ricardo GAranda 100223

En política, como en muchos espacios de las relaciones humanas, no basta con tener razón, es imprescindible ganarse el espacio para desarrollar las consecuencias de tu razón.

Gobernar en una coalición entre dos partidos, con mucho en común, pero con trascendentales diferencias en según qué temas, no es nada fácil. Se supone que esto estaba asumido en las direcciones del UP y del PSOE, aunque algunas dudas caben de esta asunción. Pero lo que sí parece evidente es que este riesgo para nada estaba asimilado por un importante sector de las bases de uno y de otro.

En la controversia dentro del Gobierno sobre la modificación de la ley “Si es si”, es posible que el Ministerio de Igualdad tenga razón, parece que, si la norma desea distinguir entre “consentimiento” y “no consentimiento” ya no debiera ser necesario acudir a la división entre agresión con violencia o sin violencia, teniendo que demostrar la misma. Como antes con otros nombres. Si no hay consentimiento ya existe una agresión punible, sin necesidad de demostrar una violencia agravante que, con frecuencia, no es fácil demostrar porque la víctima prefiere no resistirse precisamente para salvaguardar su integridad física.

Por otra parte, la ley que ahora se quiere modificar en una pequeña parte, es una norma lo suficientemente competa y benéfica como para que se debiera estar valorando que el hecho de que el agresor sea castigado, en algunos casos, con una condena de un año más o menos, no tiene apenas importancia en relación con la esencia de esta ley: la mejor defensa de las víctimas no es que las penas sean más duras, sino que no exista, o se reduzca al máximo, esa violencia. Y eso es lo que parece que la ley acomete de forma muy acertada: Educación, prevención y mayor implicación del Estado, hasta el punto de no ser necesaria la denuncia de la víctima. No se nos olvide que ahora, solo el 8% de las víctimas denuncian. O sea que el 92% de los agresores no son ni interrogados

La lucha feminista de las últimas décadas por la defensa de la igualdad es, indiscutiblemente, loable, estoy de acuerdo en que es la verdadera revolución de este siglo y finales del anterior. Y durante estos años de gobierno de izquierdas, se han ido concretando los frutos de esa lucha en las leyes necesarias. Se ha construido el espacio necesario para poderlo hacer, si este espacio desaparece será aquí por dónde esta revolución puede hacer “agua”.

Es muy importante valorar cuál de las dos partes del gobierno tiene razón en esta confrontación. Seguramente ahí estaremos divididos unas y otras, unos y otros. Pero tal vez sea más importante aún considerar que, si este espacio de avance gubernamental se quiebra, en la izquierda volveremos a la situación de la reivindicación con muy poca o ninguna posibilidad de concretarlas de manera eficaz. Seguiremos teniendo entonces grandes ideas sobre la igualdad y el resto de los derechos de la mujer, y sobre otros muchos derechos de los trabajadores y las trabajadoras y otros sectores sociales, pero reclamaremos a gritos esas grandes ideas desde la oposición parlamentaria.

Si perdemos el “Espacio” tendremos que aceptar que sean el Partido Popular y VOX quienes legislen sobre estos derechos.

Tal vez no hubiese sido necesario retocar esta ley, o tal vez sí. Tal vez haya que demostrar la violencia o tal vez no sea necesario. Como en muchas otras ocasiones, tal vez el consenso en el gobierno haya que conseguirlo aceptando la consideración de alguna limitación por parte de una parte o de las dos. En estas cuestiones, el fondo es crucial, pero la forma es trascendental para seguir para adelante con los proyectos progresistas. Faltan cosas importantes de aquí a las elecciones: ley de vivienda, ley Corcuera, etc…

Y además, hay que conseguir, en las elecciones, mantener este modelo de alianza que tan buenos resultados han dado durante estos tres últimos años, pero que necesita un tiempo mayor que el actual para su consolidación.

Sin “Espacio” no sirven las luchas. Sin ese espacio, el “Tiempo” dejará de ser nuestro. Y esto no debiera ser baladí.

 


 

 

jueves, 2 de febrero de 2023

Por la boca vive el pez.

 

Ricardo GAranda   030223


El concepto del “Silencio” ha sido, a lo largo de la historia, uno de los más efectivos métodos para imponer, desde el poder, desde las culturas predominantes, criterios que, de otra manera, hubiesen sido siempre discutibles.

“Esclavo de tus palabras y dueño de tus silencios" ¿En serio?

No es fácil de entender como ha triunfado una reflexión que admite que es mejor no dar nuestra opinión, no comprometer iniciativas, no contrastar nuestros pensamientos con los de los demás, no defender, en definitiva, nuestras ideas en voz alta.

Nunca comprendí como puede comprometernos, en un futuro. nuestra opinión sobre un hecho y no hacerlo nuestro silencio, cuando es éste último el que nos obliga a mantenerlo a perpetuidad, mientras que la opinión, humildemente, puede variarse si las circunstancias o los conocimientos varían.

Y nadie se pregunta algo realmente intrigante ¿Qué piensan los que no dicen lo que piensan? Parece que preferimos el esfuerzo mental de mirarles a los ojos y tratar de adivinarlo. Vaya esfuerzo tan inútil, con lo fácil que sería que lo dijeran en voz alta. La maldita intriga sobre cuestiones que carecen absolutamente del valor del misterio.

Pero no importa. Se ha impuesto el concepto y socialmente se gradúa más al mudo que al opinador, al cobarde que al comprometido. La opinión personal solo se estima si cobras por darla, la gratuita ni se valora.

Por mi parte, sin entrar en muchos matices y pormenores, solo hay dos silencios humanos que decididamente comprendo: Uno se produce en la naturaleza, cuando te has abandonado por los caminos y has llegado a ese rincón entre árboles, agua y montañas, dónde todo se oye, pájaros, agua corriendo, ramas azuzadas por el aire, hojas secas del suelo movidas por algún animal que no vemos. Todo se oye menos la voz humana, porque no está en su sitio y porque, en estas circunstancias, no tiene nada que decir.

El otro es el silencio de la muerte. Se acabó, es lo que hay, no existe ninguna opción de que no sea así. Este si es un estado natural e inevitable del Silencio.  Nadie, salvo quienes piensen en otra vida en la que fuera lícito hablar, va a discutir esto. Pero surge una contradicción importante: Si es de muerte el silencio, si ese es su estado natural, ¿por qué desearlo en la vida, en momentos de la vida, salvo aquellos paradisiacos que, ya he dicho, comprendo?

Efectivamente, mi conclusión es que hablar, dar tu opinión sobre las cosas, expresar libremente tus ideas aceptando los riesgos de errar, es un claro signo de vida. De vida humana, se entiende, porque bien conocido es que el resto de los animales no hablan mucho.

Pero es que, además, expresarse es un sano ejercicio que puede dar vida a otras gentes, porque, con frecuencia, sin hablar es casi imposible defender causas ajenas de personas que lo necesitan. Prestar esas ayudas que tanto molestan a los regímenes dictatoriales, de ahí lo de “la mayoría silenciosa”, y a muchas empresas con dirección intransigente, también de ahí lo de “si abres la boca estás fuera”.

Como dice Fito Cabrales: “Por la boca vive el pez”

Posdata.- Por supuesto, cuando defiendo la cualidad de hablar por encima de la de mantenerse en silencio, excluyo a quienes utilizan ese derecho para mentir, insultar y hacer daño a otros. En esos casos, guardar silencio es una maravilla.