sábado, 26 de agosto de 2023

El Pico de Rubiales

 Ricardo GAranda  250823


Sigamos la secuencia: primero se agarra los testículos en gesto de “somos cojonudos, qué huevos tenemos”, después, a una jugadora le propone y ejecuta “un pico”, para después expresar (y defenderlo en rueda de prensa) que somos Campeones y no Campeonas.

Da la impresión de que, para este hombre, el señor Rubiales, las jugadoras que consiguieron la proeza (seguro que algunos lo llamaran “machada”) fueron un simple instrumento, una herramienta necesaria para la gloria de los grandes hombres que las dirigen.

El gesto de agarrarse los testículos es, esencialmente un gesto de macho dominador. No lo blanqueemos diciendo que fue un gesto feo, de mala educación, con la reina y la infanta delante, viéndolo todo el mundo. No, un gesto feo y de mala educación con monarquías o sin ellas sería meterse el dedo en la nariz. Esta fue claramente una expresión machista, que, dice él, se la dedica al entrenador. ¿Y a las chicas? ¿Qué gesto les dedica a las chicas?

Pues fácil: un pico. Solo por el hecho de la ocurrencia ya me parece de alucine. Sinceramente, yo cuando lo vi, en directo, pensé: parece que entre estos dos hay algo. Y luego me dicen que no, ¡qué decepción!

Y después la rueda de prensa. ¡No dimito!, cinco veces. La culpa fue de Jenni que quería hasta levantarme, llevaré a los tribunales a quienes me han atacado, me siento perseguido por la gente de izquierdas. Nada del presidente de Gobierno ni de la portavoz del PP, que igualmente le han reprochado contundentemente su comportamiento. Y para rematar su gran actuación, digna de dictadorzuelos locales de diputaciones gallegas y murcianas, comunica que ha dado órdenes para que al entrenador le renueven el contrato, por un tiempo superior a su propio mandato, y que se le suba el sueldo a medio millón de euros al año. Ahí está la señal dirigida a todos los presentes: “Apoyadme, que aquí hay dinero y yo decido su destino”

Y aún había más fondo en su discurso de no dimisión, el discurso VOXístico contra el falso feminismo. Solo las falsas feministas pueden llamar machista a un machista como este. Que no puede serlo, porque entiende a las mujeres, para demostrarlo, está allí su hija. No llores hija que tu padre es un buen hombre. Expone a su hija porque vuelve a necesitar instrumentos, ahora para dar una imagen de padre  decente. Pero exponerla así, en estas circunstancias, supone ya una enorme indecencia.

Y ahora los apoyos y los rechazos. Aunque aquí parece que este señor lo tiene un poco crudo fuera de sus propios círculos. Es curioso leer los mensajes en las redes. Apoyándole o defendiéndole aún no he visto ninguno. Si hay mensajes que atacan a Irene Montero y a Sánchez, pero no acaban de defender al sr. Rubiales. También he leído un mensaje de alguien que quiere ser equitativo y dice que o él o Jenni mienten, pero no sabemos quién. De la agarrada de testículo no dice nada, le debe parecer normal. Sin embargo, los rechazos, en distintos tonos, abundan por todas partes, en las redes, en la radio (La Ser) y en la tele (TVE). Supongo que en otras programaciones se escucharan mensajes más variados.

Aun así, salvo algunas excepciones, sorprende el gran silencio en el mundo del fútbol. La Liga Profesional ha sido contundente, pero hay muy poquitos presidentes de Clubs que se hayan manifestado de forma clara. De los presentes en la Asamblea Federativa nada que decir, amaban a su líder carismático, les reparte las riquezas conseguidas por “su gran gestión”. Me voy a parar un poquito aquí, porque no me ha pasado desapercibido que cuando los presidentes territoriales hablan de buena gestión deportiva, en realidad, en lo que están pensando es la buena gestión económica.

Volveremos con ello, pero estábamos hablando del silencio en el mundo futbolero. Las chicas se plantan, renuncian a volver a ir a la selección mientras no se depuren convenientemente las responsabilidades. ¿Y los hombres futbolistas? Muy poquitos han dicho algo: Borja Iglesias, que igualmente renuncia a ir a la selección, Casillas contundente, Sergi Roberto, David De Gea. Seguro que se han posicionado algunos más, aunque a mí ahora no me conste. Seguro que lo irán haciendo más. Pero ¡qué poco movimiento!

Al final la conclusión es que se va a confirmar algo que ya sabíamos, Rubiales es solo el gran representante machista de un colectivo tremendamente machista. Para ellos, su presidente hizo cosas feas, que debiera haber evitado, pero tampoco tan graves, se está exagerando, no hace falta que dimita.

Quizás este es el momento, las autoridades así han de entenderlo:  La Ley del Deporte tiene que caer contundentemente contra estos comportamientos y hay que tomar las medidas necesarias para evitar que vuelvan a ocurrir. Un responsable del fútbol no puede considerarse por encima de los criterios generalmente aceptados por el conjunto de la sociedad, el caciquismo está prácticamente desaparecido en esta España, no se puede permitir que se refugie en el fútbol.

Lo que ha ocurrido necesita la contundente confrontación, de los colectivos y de las personas. Me despido en esta columna ofreciendo mi pequeño gesto solidario: Me comprometo a no ver ningún partido ni ningún resumen de fútbol masculino mientras estos “señores” sigan estando ahí.


PDT.- Después de escribir esta columna, leo que La FIFA le abre expediente, le suspende provisionalmente durante tres meses en su actividad nacional e internacional. Y le prohíbe a él y a cualquier dirigente de la Federación que mantenga cualquier contacto con Jenni Hermoso o su entorno. Muy bien FIFA, hoy sí has estado bien. Como español aficionado al fútbol, te doy las gracias.

 


jueves, 17 de agosto de 2023

Las Tres Españas

                                       

Ricardo GAranda 180823


Siempre hubo dos Españas, hay gente que ven la vida de una manera y otra que la sentimos de otra. Un poco como en otros países, pero aquí, por nuestra historia aún no discutida y por tanto no asumida, la línea de separación siempre fue más evidente en el día a día. Durante todo el franquismo, una España estaba en la calle y la otra en el agujero. Durante la democracia, ambas están en la calle, mirándose a la cara.

Pero esta sociedad ha ido evolucionando desde los últimos años setenta. Y hace ya unos años en los que hemos llegado a un punto en el que ya podemos hablar de tres Españas, en cuanto a los deseos, proyectos, forma de vivir, forma de pensar y proyección de futuro. Tres Españas en una, que necesita las suficientes flexibilidades para no romperse. Porque un País, una Patria se rompe desde la rigidez, nunca desde la flexibilidad.

Tenemos las dos Españas clásicas y bien conocidas: una conservadora, con mucho aún de la tradición franquista, que piensa en la severidad del pasado como forma de garantizar sus riquezas de presente y futuro, y otra progresista, que trabaja y lucha por la igualdad de oportunidades, por el sueño de ir mejorando en un ámbito de verdadera libertad social y personal, para conseguir un mundo mejor, menos egoísta.

Pero a ellas hay que unir una tercera España: la periférica, la que defiende sus idiosincrasias diferenciadas, sus idiomas, sus culturas y sus diferentes formas de ver las cosas, en el arte, en la economía. Y en esta tercera España hay conservadores y progresistas, pero la definición principal es la identidad propia, sus raíces.

Sus reivindicaciones, las de la España periférica, de derechas o de izquierdas, chocan bruscamente contra el muro de la España conservadora, pero no contra la playa del progresismo.

Es necesario que entendamos esto para comprender el momento político que vivimos ahora en esta España Una: ayer, 17 de Agosto, en el Parlamento, en la elección de la Mesa para iniciar la nueva legislatura, se ha consolidado la fusión de dos de estas Españas, la progresista y la periférica. Y a la otra le cuesta un mundo entenderlo. No puede, sus rigideces ideológicas no se lo permiten.

Y caen, los partidos de derechas que representan al colectivo conservador, en unas contradicciones muy curiosas: yo he leído reflexiones tan profundas como: “Sin Catalunya hubiésemos ganado”. O sea, que para ganar las elecciones desearían que se apartaran los que no quieren que se independicen. La única explicación plausible es que les parece muy mal que intenten irse, pero “echarles” lo mismo no estaría tan mal.

Algo parecido tengo escuchado varias veces en conversaciones de bar: “los del Barca, los del Athletic no son españoles”. Los vuelven a expulsar, pero, además, no solo a los que quieren la independencia, sino a todos. Por si acaso.

Son las tres Españas, cada una tiene sus reivindicaciones, sus deseos. Hubo unas normas que se fijaron a fuego, cuando solo eran dos, dentro de la Constitución, y hay otras normas de distinto rango necesarias, que se crean y tienen que ir creándose en una sociedad en correcta y necesaria evolución. Por mucho que se empeñen desde esa derecha para asustar y demonizar a las otras dos Españas, no son las normas constitucionales las que están en peligro en los acuerdos entre progresistas y periféricos, pero sí hay que asumir que las nuevas reglas que nos tienen que ayudar a ser una sociedad libre y en evolución, tienen que irse planteando, debatiendo, entendiendo y asumiendo colectivamente.

Tengo que repetirme, España no se rompe desde la flexibilidad, si puede hacerlo desde la rigidez.


viernes, 11 de agosto de 2023

Todo un País pendiente de Junts

Ricardo GAranda. 110823

El resultado electoral del pasado 23J es de libro, no deja muchos márgenes dónde elegir. Si hubiese que poner un ejemplo para explicar el artículo 99 de la Constitución, éste sería perfecto.

Como tenemos un sistema parlamentarista y no presidencialista, lo que elegimos en esas pasadas elecciones fue la composición, partido a partido, del Parlamento. Es ahora cuando, con ese resultado, el Congreso tendrá que constituirse como tal, elegir a la persona que ha de ostentar el puesto de la presidencia y de la Mesa de la Cámara, y después atender propuestas para que, quien quiera y pueda, presente su candidatura a la Presidencia de Gobierno. Y a votar.

De momento, parece que hay tres opciones:

1.- Que el Presidente del PP, D. Alberto Núñez Feijoo presente su opción en nombre de su partido.

2.- Que el Secretario General del PSOE, y actual Presidente de la Nación, D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, presente su candidatura en nombre de la coalición PSOE-SUMAR.

3.- Que ninguno de los dos consiga la mayoría de votos parlamentarios suficientes (mayoría absoluta en primera vuelta o mayoría simple en la segunda) y entonces haya que convocar nuevas elecciones para intentar salir del impasse.

Ya sé que nada nuevo aporto, solo trato de ordenar las ideas.

La primera opción parece muerta, incluso antes de que se constituya el Parlamento, hasta UPN lo ha reconocido. Y, ante esta frustración, el Partido Popular se dedica a lo que ha hecho siempre: mostrar su cabreo por no poder dirigir “su España”. Y lo muestra como siempre: inventando bulos que hagan daño, queriendo interpretar la ley a su antojo, amenazando con hacer imposible el mandato de la izquierda… Y haciendo ese doble gesto de hipocresía: por un lado, reivindican el apoyo a la lista más votada, cuando ellos no han respetado en ningún momento ese planteamiento, ni en Extremadura, ni en Canarias, ni en cientos de ayuntamientos (incluido el de Barcelona) y diputaciones, ni antes en Madrid, Andalucía, Castilla y León. Nunca, cuando les ha favorecido lo contrario, han defendido esa opción de permitir gobernar a la lista más votada. Y, además, añaden a su hipocresía la petición al PSOE de su apoyo, en forma de abstención. Eso después de haberse tirado cuatro años de insultos y mentiras sobre el Gobierno de alianza entre este partido y Podemos.

La segunda opción es posible, pero complicada. Requiere el apoyo de todos los demás partidos (excepto PP y VOX). Y algunos quieren poner el listón muy alto, como es el caso de las dos organizaciones independentistas de Catalunya, compitiendo entre ellas para la primacía en las próximas y cercanas elecciones autonómicas.

Pedro Sánchez ya ha advertido, dentro de la norma constitucional se puede hablar de todo e intentar llegar a acuerdos, fuera de la misma, no hay tema de debate. Ahora está la piedra en el tejado de ellos. Especialmente en el de Junts per Catalunya, que aparece como el más exigente.

Si ésta opción no cuaja, solo quedaría la tercera, convocar nuevas elecciones. Y es ante esta alternativa cuando muchos de los partidos tendrán que tentarse la ropa: ¿Qué imagen daría JxCat si hubiese que repetir elecciones porque ellos voten en el Congreso lo mismo que PP y VOX?

Hay que pensar que el electorado catalán que, por cierto, ha votado mayoritariamente la lista del PSC, les pasaría factura, perderían algún diputado más que iría a incrementar el número de congresistas de ER o del propio PSC.

Repetir elecciones significaría dar una nueva oportunidad a que nos pueda gobernar una derecha con la impronta de VOX, que ya se está descubriendo, sin complejos, en las Comunidades y ayuntamientos donde gobiernan en coalición.

Viendo las decisiones coercitivas que están tomando, ¿Os imagináis a alguien de VOX en el ministerio de Cultura, en el de Interior o en el de políticas Territoriales? Para temblar.

A estas alturas, ya se evidencia que la posibilidad de que VOX pueda formar parte de un gobierno o ser una condición imprescindible de apoyo parlamentario para que el PP pueda gobernar, es, seguramente, el mejor argumento para que el resto del parlamento se una a favor de un gobierno progresista. El Partido Popular ya habrá aprendido que le viene bien apoyarse en VOX, pero que haciendo eso “SOLO” se puede apoyar en VOX.

Parece que todo depende de Junts. Saben que solo con el conflicto y el enfrentamiento crece el nivel de independentistas entre la población catalana, y con un gobierno de PP y VOX el conflicto estaría asegurado.

Esto les estará haciendo dudar.


viernes, 4 de agosto de 2023

Cuando ya no sea Yo (Muerte digna)


Ricardo GAranda 040823 


Voy vaciando mi casa a la par que mi mente se queda vacía.

Vacío de mi casa,

vacío de mi mente,

vacío de mi yo que de puntillas dejo de ser yo.

(C.E.  ”Voy vaciando mi casa”)

 

Carme Elías, actriz, participante en 40 películas, 25 programas y series en TV, y 48 obras de teatro, ha tenido que parar.

Y nos lo cuenta en su libro “Cuando ya no sea Yo”, el producto de su decisión de hacer público su estado, enferma de Alzheimer. Lo quiso contar porque pensó que le vendría bien para sobrellevarlo, y si eso ayuda a alguien más, pues perfecto.

El título del libro es muy expresivo y enfoca perfectamente el resumen de lo que en él podemos leer. Acompañada por su amigo Al, que así llama a su enfermedad, nos va narrando un poco de su vida, sin entrar en muchas profundidades, y lo hace con el urgente deseo de contárnoslo mientras pueda, mientras Al no se imponga y sea irreversible el no recordar nada y el confundir todo. Se muestra muy agradecida a la gente que le ha ayudado en su vida, la que ha estado a su lado, también nos cuenta los dolores sufridos como consecuencias de decepciones personales. Pero en los casos negativos ni siquiera cita nombres. Como si quisiera irse retirando poco a poco dejando la orilla de arena con la suavidad del mar cuando va bajando la marea. Nada de olas bruscas. O como ella misma dice: “A mi amigo Al no se le notan sus malas formas. No es ruidoso y no duele. No te parte el corazón y no te deja el cuerpo dolorido ni la autoestima en la basura. Es muy discreto, simplemente te va abandonando de puntillas: un día se lleva una muda, otro día algún abrigo, otro día calcetines y así hasta que el armario se queda vacío”

Conoce la enfermedad, es totalmente consciente del proceso que va a sufrir y, a pesar de ello, a veces se sorprende. “¿No habrá un error de diagnóstico?”. Ella se encuentra bien y le extraña que se vaya a encontrar mal. Lo detectaron por ser actriz, necesitaba mucho de la memoria para su trabajo y ésta comenzó a fallar, ya no retenía en la cabeza la literalidad de los textos como hacía antes.

Aunque el título del libro es perfecto, podía haber tenido otro: “Muerte digna”. O tal vez los dos: “Cuando ya no sea yo, quiero una muerte digna”. Es su gran deseo expresado al final de su historia, ha dejado claro, por escrito y verbalmente, firmado en los departamentos burocráticos correspondientes, que ella no quiere seguir viviendo cuando la enfermedad la anule, cuando comience a “desaprender” cuando ya no conozca a su gente más próxima, cuando la vida sólo sea física porque ya no será vida, si no la sabes, si no la comprendes, si no la sientes. Se lamenta de que no vayan a servir de mucho sus deseos en una España dónde solo en teoría es posible acabar voluntariamente con una vida que no es vida, se teme que sus firmas expresando su profundo deseo terminen siendo “papel mojado”.

Su último capítulo está dedicado especialmente a esta idea, a este imperioso deseo, y lo reivindica: “Quiero, pido, exijo una muerte digna”. Y no lo pide solo para ella, es consciente, y dice que lo es, que hay muchas personas en situaciones parecidas a la suya, con diagnósticos distintos, pero con un mismo deseo reivindicativo: “Muerte digna, por favor. ¡Maldita sea, todos a una!”

“Cuando mis palabras se enrosquen en un idioma indescifrable,

cuando mire sin ver,

cuando vea sin mirar, vagabunda, ajena a lo que sucede,

cuando me duerma recién vestida

o me despierte recién dormida,

cuando reaccione a un sonido amable

o me asuste una vaguedad indescifrable,

cuando mi cuerpo no responda a un estímulo

aunque obediente se pliegue al sonido conocido,

cuando las voces amadas no me arranquen una sonrisa

o las poesías preferidas ya no rieguen mi rostro

con gotas suaves como caricias,

entonces, quiero una muerte digna.”

(C.E. “Y pido una muerte digna”)

 

¿Cómo no vamos a leer esta historia? No diré yo que sea una gran obra de la literatura, pero sí que es una gran lección de vida, escrita en primera persona por quien sabe que la suya, poco a poco, se escapa.

Si, conviene leerla.