viernes, 26 de mayo de 2023

Hay candidaturas, hay democracia. ¡Votemos!

 Ricardo GAranda 260523


Mañana sábado es el día de reflexión, pero yo me voy a adelantar y empezar a hacerlo hoy Viernes. En las últimas 24 horas, en muchos sitios, se han mojado bien los carteles pegados durante estos días. Desde luego en Casabas ha caído bien de agua, y así se reflexiona un poco mejor, se relajan las meninges, un poco atascadas por la sequedad del estrés cotidiano.

En los momentos electorales unos rinden cuentas de lo gestionado y otros recriminan aquellas cuestiones que no se hicieron. Pero cuantas cosas avanzan cuando hay elecciones: se cumplen, con carácter de urgencia, viejos compromisos; se aceleran arreglos de infraestructuras y se prometen y comprometen cuestiones que, mayoritariamente, se pondrán en marcha cuando se acerquen las próximas.

Pero a mí me gusta esto de obligarnos a reflexionar un día. Este año van a ser dos, no sé yo si no serán dos días al año un exceso para reflexionar. De momento, a ver si puedo aprovechar este que ahora me plantea la ley electoral, cumpliendo así con mi obligación de reflexivo ciudadano.

Y quiero hacerlo sobre el colectivo que deberíamos considerar ”el corazón” de la democracia, al menos de los procesos electorales. Tal vez suene un poco pedante esta metáfora biológica. Está bien, cambiemos “corazón” por “esencia”.

En cualquier caso, me estoy refiriendo a las candidatas y a los candidatos que cada cuatro años y en distintos ámbitos, conforman las listas electorales.

Ya intuimos que siempre hay quienes se presentan persiguiendo intereses personales. Muy poquitos, creo yo, y menos en las elecciones locales. Seguramente habrá muchos y muchas más que lo hagan empujados por el ánimo de ser protagonistas, pero a mí esto no me parece en absoluto reprochable. Fijémonos en lo que supone fijar sus momentos de gloria en un acto mediante el cual se compromete a preocuparse de los problemas de los demás y, en un claro esfuerzo solidario y empático, tratar de ayudar a resolverlos. Con lo fácil que sería pasar ¿verdad?

Pero es que, además, hay un enorme colectivo que ni por presumir siquiera, sólo les empuja el deseo de estar ahí para defender sus ideas y reforzar con ellas la necesaria columna vertebral que un sistema democrático necesita para no desfallecer, para que las instituciones no sean el cortijo de unos cuantos indeseables que solo pretendieran aprovecharse.

Creo que hay que admirarles y aplaudirles y hacerles un monumento. Sin estatuas ni ningún otro símbolo visible, pero sí una clara imagen de respeto y de agradecimientos en nuestras consciencias.

Miles y miles de candidatos y candidatas, en las listas estatales para el Parlamento Europeo, en las provinciales para las generales y autonómicas, en las locales de los más de ocho mil municipios de este País. En un cálculo muy aproximado, habrá en torno a trescientos setenta mil, entre candidatos y candidatas en estas elecciones del 28 de Mayo. Pequeños héroes y heroínas que posibilitan que nuestro sistema democrático siga adelante y que dejan en una cifra absolutamente despreciable a aquellos personajillos que pudieran pretender utilizar nuestro sistema democrático y socialmente solidario en provecho propio.

Aunque solo fuera por esto, por la admiración y el respeto que se merecen, desde los y las cabezas de lista, hasta el último o la última reserva de cada candidatura, me parece que ir a votar se convierte en una obligación moral para cada una y cada uno de nosotros.

¡Ale!, ya he reflexionado.

 


viernes, 19 de mayo de 2023

Las Campañas del PP

Ricardo GAranda, 190523

Tras los años de nihilista oposición, el Partido Popular ha conseguido la mayor simplicidad para sus tres campañas electorales: municipales, autonómicas y generales. Tal vez no se podía esperar otra cosa de ellos, durante estos años sus propuestas desde la oposición, prácticamente, se han resumido en una breve palabra: NO.

No a todo, beneficie a quien beneficie, eso siempre les dio igual, cada vez que, desde el gobierno, se ha propuesto algo en el Parlamento, ellos y ellas ni siquiera han necesitado estudiarlo, ¿para qué? Total, si la respuesta negativa ya estaba por delante. La simplicidad más absoluta.

Ahora, en la campaña electoral centralizada, se han complicado un poco más, en lugar de quedarse con una palabra de dos letras, han elegido una de tres, además de sus respectivos puntos: E.T.A.

Ese es su programa para gobernar en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas después del 28M y, previsiblemente, seguirá siéndolo hasta las generales dentro de unos meses: E.T.A.

Es una estrategia cargada de vulgaridad, sin ética de ninguna clase. Carente de moral. Hasta las víctimas de los etarras se lo están reprochando, de forma mayoritaria. Pero es que, además, es una estrategia que no demuestra ningún nivel de capacidad para hacerse acreedores de lo que solicitan a los electores, la capacidad de gestionar lo público. ¿Cómo quieren hacerlo? No lo dicen.

Bildu no es E.T.A. y el Partido Popular lo sabe perfectamente, pero, como dicen los malos periodistas, “que la verdad no me estropee un buen titular”. Y es que no puede serlo, por dos razones aplastantes:

1.- E.T.A despareció hace más de diez años, por muchas fantasías que Miguel Ángel Rodríguez susurre en el oído de la señora Ayuso para promover sus inventos.

2.- Bildu surge como consecuencia de una coalición de partidos, entre los que se encontraron Eusko Alkartasuna, Alternatiba, Herritarron Garaia y Araba Bai. Todos ellos con dos características comunes: la reivindicación del Independentismo en Euskadi y la confrontación contra la violencia de E.T.A. Siempre, desde sus orígenes como coalición electoral, asumieron el compromiso de avanzar en la línea independentista por la vía de la paz, de la democracia parlamentaria, de la antiviolencia.

Y, enlazando con ello, también tendría que preocuparnos la evolución del nivel de comportamiento democrático de la derecha española, cada vez más bajo. Si en el Parlamento se debate una ley sobre la reforma laboral, la oposición tendría que debatir sobre la materia que se propone, exactamente igual que si se debate sobre pensiones, o sobre la vivienda. Pero no, en la mayoría de las ocasiones, lo importante no es el contenido de las leyes, el problema está en quienes las votan a favor. Para esta derecha la calidad de las leyes aprobadas en el parlamento no depende de su contenido ni de los beneficios o perjuicios que pueda producir. No, para ellos y ellas, la calidad de esas normas depende de quienes las voten. Y esto es terriblemente antidemocrático, porque suponen que no todos los parlamentarios elegidos por el pueblo tienen la misma consideración para ostentar su representación. El respeto al sistema brilla por su ausencia.

En cuanto a la confrontación que, también sobre esta cuestión de Bildu y E.T.A., se vislumbra entre el presidente del PP, Sr. Feijoo y la presidenta de su partido en Madrid, Sra, Ayuso, ya va siendo un clásico. Parece que ella aspira a lo mismo que él, poder ostentar algún día la responsabilidad de la presidencia del Gobierno. La pregunta que está en el aire es si ella y su equipo serán capaces de esperar un mínimo de cinco años. Mucho parece, viendo el estrés emocional.


miércoles, 10 de mayo de 2023

Una Caricia en la Memoria

 Ricardo GAranda, 080523

Tras “De Hombres y Sirenas” (http://garandaromero.blogspot.com/2019/04/de-hom  bres-y-sirenas.html) Carlos L. García-Aranda nos propone su segunda novela con la evidente intención de que disfrutemos con su lectura, y, al menos en lo que a mí se refiere, lo ha conseguido. “Una Caricia en la Memoria” es una magnífica historia en la que el autor sabe contraponer lo más rancio de nuestras tradiciones rurales con la belleza limpia del arte, de la música sublime.

Ambas novelas tienen similitudes importantes, aunque las historias no tengan nada que ver. Cuando leí la primera escribí: “De Hombres y Sirenas es una historia sobre una época de este país en la que, si todo era duro, ser diferente era peligroso. Pero también es una historia de amores y desamores, de encantos y desencantos. De encontrar o no encontrar la Sirena y volar con ella al infinito.”

Algo muy parecido podría escribir ahora sobre “Una Caricia en la Memoria”. Salvo que “la Sirena para volar con ella al infinito” ahora es la música. Pero la gran diferencia está en una figura que en ambas aparecen: la Madre, en la primera fue la gran protección del protagonista, comprensión dónde más hacía falta y visión espiritual en el centro de aquel infierno: “el arte es el único reflejo del alma que se nos permite mostrar a los seres humanos”.

Bernarda, la Madre en esta segunda historia tiene un papel más central que aquella, y al contrario de ella, totalmente castrante.

Carlos L. García-Aranda traza una historia dramática, pero perfecta, sobre tres pilares: Bernarda, que representa la vida rota en la que se ocultan, hasta la amargura, los sentimientos ante, primero, la obligación de cumplir los deseos de sus padres y, segundo, la de aparentar lo correcto, lo tradicionalmente correcto en una sociedad rural cerrada y marcada por las apariencias.

Elisa, la hija, perseguida día a día por estas obsesiones de su madre. Tiene que elegir entre seguir los pasos que ella le marca o volar, volar, volar a encontrar las notas musicales en el viento. “Mi madre me quitó muchas cosas, me quitó la identidad…me quitó a mi hijo….Pero hay algo que no pudo quitarme: la música”

El tercer pilar es la propia música. Hasta el punto de que, como lector, uno ha de asumir la duda de si no ha sido embaucado y surge la pregunta que, sin duda, haré al autor: ¿Es esta novela una excusa para potenciar el espíritu de la música?

“Para Elisa” (no creo que sea casualidad el nombre de la protagonista), “Claro de Luna” los tres movimientos de “Sonata para piano nº 14”, “Casta Diva” de “Norma” y su propia sintonía, porque la vida de Elisa se va anotando poco a poco con las teclas del piano como si de un diario se tratara. Todas las músicas que se van citando sonaban en mi spotify mientras leía la novela Todas, menos la sinfonía-diario que va escribiendo la protagonista. Supongo que esa se la reserva el autor para sí mismo.

Es la historia de Elisa, de sus éxitos y sus frustraciones, de sus sueños y sus duelos, Pero, al igual que en su primera novela, es la historia de la incomprensión, de la dureza y cerrazón de una vieja cultura intransigente, dura, muy dura, enmarcada en una tradición religiosa, irrespetuosa con la libertad: “Cuando tuve mi primer periodo, mi madre me dijo que las mujeres habíamos nacido para sufrir, que nuestro destino era buscar a un hombre que nos mantuviera y aceptar el sufrimiento….sufrimiento, lo que yo necesitaba porque me hacía sentir viva. Me hacía sentir que estaba cumpliendo mi papel en la vida.”

La acción está situada en un ficticio (o no) pueblo toledano a la ribera del Tajo, entre finales del siglo pasado y lo que llevamos de este. Pero da igual, podría ser en cualquier otro hábitat de la zona rural y en cualquier otra época, de hecho, esta historia uno se la imagina en unos años más lejanos, cuesta creer que, en esos años tan cercanos, pudieran ocurrir algunas cosas de las que se cuentan.

En esta novela, hasta los personajes secundarios exigen lágrimas, especialmente dos de ellos: La Consuelo y la Flechas, “el odio que crea odio”.  Y el drama de Juan Luis…No es de extrañar que el autor necesite 666 páginas. Os aseguro que las llena todas, sin paja.

Hay que leerla.


viernes, 5 de mayo de 2023

REMIGIA, La Madre.

Ricardo GAranda. 040523



Remigia fue una mujer que vivió en la guerra y en la posguerra española.

Remigia tuvo cuatro hijas en un pueblo manchego.

Remigia las sacó adelante ella sola, sin marido. Niñas sin padre.

Pero Remigia decía que ella había tenido mucha suerte, pudo comer y dar de comer a sus hijas.  Y a su madre. Y al hijo de la Ama.

Trabajaba en la casa de uno de los ricos del pueblo. Rico hasta que se fueron fundiendo, él más que su hermana, todo lo que sus padres les dejaron: dinero, tierras, casas.

A este hombre le daba igual reconocer o no a las niñas, total ya las tenía correteando por la casa y de todas maneras no pensaba ocuparse de ellas. Incluso estaba dispuesto a “pasar por la vicaría”. Decía que tenía con Dios un pacto de no agresión.

La madre de Remigia le decía que aceptara esa “buena voluntad”, que daba igual si las hijas eran suyas o no. Pero Remi lo tenía claro, ella no diría nunca quien era el padre de sus hijas y jamás se casaría con D. Alfonso, que bastante le aguantaba para poder sacar a las niñas adelante, pero nunca le otorgaría los derechos sobre ella que él pretendía, no sería otra de sus posesiones.

El tiempo fue avanzando, el señorito murió, su casa fue embargada y la señorita tuvo que irse y hay quienes dicen haberla visto mendigar.

Y Remigia siguió sola en tiempos difíciles, pero con las necesarias fuerzas como para sacar adelante a sus cuatro criaturas y al niño de la señorita, mientras cuidaba a su madre, ya muy perjudicada por una vida igualmente dura, con pocas alegrías, salvo las de sus nietas. Terminó muriendo, la madre, como decían antes: “de vieja”. Hacía años que ya se enteraba poco o nada de lo que ocurría a su alrededor.

Remigia solo soñaba con que, algún día, alguien contara su historia, y yo me he atrevido a contar un poquito de ella en un relato de “Fisuras”, y mantengo el deseo de contar algún día el máximo de detalles de aquella vida.

Fueron mujeres duras que soportaron los malos tiempos de miseria y machismo. Mujeres que se merecen el gran reconocimiento. No sé yo si el diseño festivo de lo que superficialmente llamamos “el día de la madre” les hubiera hecho mucha gracia. ¿Qué día? Preguntaría Remigia, ¿Ayer? ¿El año pasado? ¿la semana que viene? ¡qué más da, todos los días son iguales! estoy seguro que diría, igual que su madre.

Pero está bien, ya que nos dan una excusa para que hablemos de ellas, hagámoslo y soportemos la vergüenza si se nos olvidan el resto de los días.

Gracias madre de Remi, gracias Remigia, gracias a tus hijas, ya abuelas, gracias Chón, que aún nos miras con tus 99 años. Gracias y respeto, el que aún ahora, en esta sociedad egoísta y todavía muy machista, se os niega con frecuencia.

Celebremos la fiesta de la madre mujer, no de la madre virgen, porque las madres, como todos y todas sabemos, no son vírgenes.