viernes, 3 de mayo de 2024

El Despotismo en Sonseca.

 

Ricardo García-Aranda Rojas

Gijón, a 03/05/24


Alejandro Martin-Peralta es un paisano mío, de Sonseca. Desde hace 18 años hasta hace unos días, ha estado impartiendo clases de Informática en la Casa de la Cultura. Lo hacía de manera desinteresada, era su voluntariado social.

Era un gran profesor, yo he sido uno de los más de cuatro mil alumnos y alumnas que nos hemos beneficiado de sus profundos conocimientos sobre Informática.

Hace poco, tras la renuncia de una de las concejalas del PSOE de esta localidad, le tocó a él dar el paso y aceptar esta responsabilidad. Pues bien, el gobierno municipal del PP, con un gesto de despotismo tan injusto como inexplicable, decide que su situación de voluntario social dando clases de forma totalmente gratuita, es incompatible con su status de concejal.

Él mismo lo explica, desde la sorpresa que le ha provocado esta situación, en una carta abierta que nos dirige a todo su alumnado:  “Nunca me hubiese imaginado que participar en una formación política, con el único fin de trabajar por y para mi pueblo, fuese el motivo de que me impidan seguir siendo voluntario e impartir unos cursos que, para mí, suponen la oportunidad de compartir y disfrutar la informática junto a mis alumnos y alumnas. Nunca me hubiese imaginado este fin ni estas formas (ni siquiera se me ha notificado formalmente, solo de palabra)…”

Ante la duda que plantea en en otro momento de su carta, ya lo digo yo: Siempre ha estado a la altura de las circunstancias. Ahora también.

Quienes no están a la altura que una sociedad democrática requiere, son los miembros del gobierno local de Sonseca, del Partido Popular. Esta decisión que han tomado sobre el apartamiento de Alejando de sus labores sociales, es claramente despótica, pero además, absolutamente estúpida. ¿Qué buscan? ¿Qué desean? ¿Se creen que el pueblo es suyo?

Pues no lo es. La Casa de la Cultura tampoco. Ni los distintos espacios que en ella se utilizan para el bien del pueblo. Jamás se ha pedido el carnet político a nadie que en este ámbito cultural quiere participar, como enseñante o como alumno. Jamás. Pero ahora parece que la vida social del pueblo ha de sufrir algunas parálisis, con claras sospechas de nepotismo (el tiempo lo aclarará), sólo porque a ellos les parece así.

No es la primera muestra de su comportamiento antidemocrático y su sentido de la propiedad de “lo público”: Ante la celebración del Día de la Mujer, vetaron, prohibieron, en la radio pública, un programa en el que dos concejalas del grupo socialista leían el manifiesto de ese partido sobre esa onomástica. Poco después, ante la exhibición de alguna bandera tricolor en la presentación de un oportuno libro sobre la memoria histórica, de nuestro paisano Emiliano Peces, no se cortaron en poner carteles diciendo que no se iban a permitir símbolos prohibidos por las leyes y la Constitución, como si fuese cierto que la Constitución o alguna ley de menor rango prohibiese esos símbolos republicanos.

Y podríamos relatar algunos atentados más a la decencia democrática. Pero yo hoy quiero insistir en esta barbaridad que están tratando de perpetrar contra Alejandro Martín- Peralta.  No es de recibo. El PSOE, con el apoyo de IU tienen que poner todos los medios, legales y comunicativos, para impedir tal tropelía, y me consta que lo están haciendo. Pero, además, sería deseable que la organización regional y provincial del PP tomara cartas en este asunto, si es que aún les importa la protección de su sentido de la decencia social y política.

Esa política que, desde todos los ámbitos, debiera ser un gran instrumento para beneficiar a las gentes, a los pueblos. Y a las personas que están dispuestas a trabajar en ese objetivo de manera desinteresada hay que aplaudirlas, no expulsarlas. ¿Os imagináis a cualquier voluntario o voluntaria de una ONG a quien no se le permitiera ejercer una magnífica labor humanitaria solo porque tenga una ideología distinta a la nuestra? ¡Qué mundo estaríamos construyendo!

Estoy lejos de Sonseca, no puedo abrazar personalmente a mi profesor y mi concejal Alejandro. Y quiero que cuando vuelva a mi pueblo pueda abrazarle para celebrar que sigue siendo las dos cosas y que la coacción mafiosa de quienes la ejercen, haya fracasado.