domingo, 2 de julio de 2023

El Caballo de Troya


Ricardo GAranda. 300623



Así no vale la pena.

Dar la espalda a la realidad, poniendo en duda la honestidad de los contrarios de manera injusta e inhumana, falsificar datos e interpretarlos de manera canalla, mintiendo, siempre mintiendo, para intentar conseguir el poder, gobernar, no vale la pena. Estoy seguro de que en el PP hay muchos militantes que saben que así no vale la pena. Pero callan y se dejan llevar.

Pero lo que está ocurriendo ahora es mucho más grave. Esconderse, utilizar métodos miserables para atacar al contrario, tratando de ocultar sus propias insuficiencias, está fuera de cualquier comportamiento ético, pero dedicarse a ocultar las miserias de otros para poder apoyarse en ellos y conseguir el poder, ya es un atentado a cualquier lógica política, especialmente si son incapaces de predecir las consecuencias que ello pueda tener. Y es que ya sabemos, “las consecuencias” no se comprueban sobre la marcha, es conveniente, mejor aún, necesario, prever siempre hasta dónde pueden hacer daño y hasta qué punto pueden volverse contra ellos mismos.

El Partido Popular necesita que los votantes no vean los grandes logros que el Gobierno de izquierdas ha conseguido durante estos cuatro años. Pero, aun teniendo éxito en ello, no es suficiente, necesitan ayuda y no les resulta fácil encontrar a quienes estén dispuestos a dársela. Sólo les queda la extrema derecha.

Pero no están calculando bien el tiro. VOX les exige, y hay que darles

Y VOX no es un partido democrático al uso, no es que sean más de derechas o menos, de hecho, para muchas cuestiones importantes, la diferencia en el nivel de conservadurismo entre ellos y el PP apenas existe. Pero VOX no vive en este presente ni asume los problemas de este presente, añora el pasado, los principios ideológicos de unos tiempos en los que hablar de democracia era sinónimo de debilidad. Le gustaría que desaparecieran muchas cosas del régimen actual, como, por ejemplo, los gobiernos autonómicos.

Y el PP les concede la dirección de esos parlamentos autonómicos a VOX. Esos Parlamentos, que han de aprobar las leyes de ámbito autonómico, las ayudas a los distintos colectivos sociales de cada comunidad. Esos parlamentos que han de velar por los equilibrios y las garantías democráticas en cada comunidad autónoma como parte componente de una España que, a pesar de todos los obstáculos, hace ya muchos años avanza por el camino del progreso, la igualdad y la libertad. Tres parcelas inexcusables para que esta sociedad avance, tres parcelas en las que VOX no cree, nunca ha creído, tampoco ahora.

Y nos los trae el PP. Cuando todo esto comience a complicarse, y ya ha empezado, los dirigentes del PP sabrán y no podrán ocultar que los han traído ellos.

Como en aquel caballo de Troya, tranquilo, hermoso, impresionante, y aparentemente inofensivo a primer golpe de vista, ahora también los Aqueos están sobrepasando la muralla de la democracia para invadir Troya.

E intentaran dominarla desde dentro, con una virulencia y rapidez que sus guías y portadores, los dirigentes del PP, no parecen llegar a comprender. Los “aqueos” de VOX no tienen nada de qué preocuparse, estaban perdiendo la guerra, no les resultaba fácil sobrepasar con eficacia los límites con los que la democracia se regula, y ahora les abren una enorme puerta.

Si siguen avanzando nos va a doler, a todos y a todas, menos a los Aqueos. Ya están dentro y empieza a dolernos en nuestra libertad, en nuestra igualdad, en nuestro progreso. En nuestra democracia.

VOX está dentro, el PP tiró de las riendas del caballo.


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