viernes, 10 de marzo de 2023

¿Gobierno roto?

 


Cuando dos contrarios, tal vez enemigos, discuten, suele haber intención de hacer daño con los argumentos. Cuando quienes discuten acaloradamente son amigos, la razón es, sin duda, que el tema en discusión les importa mucho a ambos.

La cuestión es si la relación entre el PSOE y UP puede considerarse de amistad. Desde luego ahora no lo parece en absoluto, pero han tenido momentos mejores y parece que pueden volver a tenerlos (Ley de Pensiones). No son “Contrarios”, están en el mismo equipo.

Sin menospreciar, en absoluto, la importancia de los puntos de conflicto entre ambas partes del gobierno sobre una ley definitiva de la libertad sexual, el problema es que plantearse esta disputa hasta estos extremos de confrontar vehementemente en el Parlamento ocasiona, según mi opinión, mucho más daño a la izquierda en general y al movimiento feminista de nuestro país que cualquiera de las concesiones que uno u otro partido pudieran haber hecho.

¿O es que la derecha va a resolver el conflicto entre ambos?

Desde aquí abajo, la cosa ha sonado un poco con el ritmo estridente de lo absurdo. Porque, incluso, si todo esto ocurriera porque ambos partidos han de mantener una cierta distancia entre ellos de cara a los procesos electorales, hubiera sido conveniente tener un guion, un pacto de explosión controlada. Pero, o no tiene nada que ver, o el explosivo se ha colocado mal y ha superado los controles.

Recomponer esta situación dentro del gobierno se antoja difícil, porque ya no es solo cuestión de las direcciones de ambas formaciones, que perfectamente podrían pacificar la situación y seguir para adelante, las bases han sacado sus, más o menos, controladas rencillas. La militancia de UP, en las redes, insisten en meter en el mismo saco al PP y al PSOE, agregando ahora a VOX, para que el caldo salga más sabroso. Por su parte, las bases del PSOE, animadas por algunos líderes territoriales, no se cortan en tachar a los anteriores de locos e irresponsables, incluso llegan a utilizar acusaciones, ya usadas por la derecha y con un tono despectivo muy parecido, de extrema izquierda.

Madre mía, ¡qué locura!. Lo cierto es que hasta que llegamos aquí, el resultado de la confrontación entre PSOE y UP, dentro del gobierno, ha sido tremendamente beneficioso para las mujeres, trabajadores y otros colectivos realmente perjudicados por gobiernos anteriores. ¿Políticas de izquierda? Si, claro.

Hay que comprender el problema que tienen en UP: No les gusta el PSOE, pero si el PSOE, en las próximas elecciones, pierde la capacidad de hacer gobierno, ellos pasaran de formar parte del gobierno a ser un partido minoritario en la Oposición. Con todo, si se desmoviliza electoralmente la izquierda, el PSOE puede perder mucho más si entrega sus opciones a las derechas. Ambos habrán cometido, así, un grave error:  dejarnos sin cobertura de protección a las clases trabajadoras de este país, en un momento en el que, como ya vemos en Madrid y en Andalucía, las fuerzas conservadoras avanzan con todas sus fuerzas para ir liquidando los servicios públicos, Sanidad, Enseñanza, Pensiones y muchos más, a favor de potenciar las empresas privadas de estos sectores.

Hay tres macroespacios fundamentales para gobernar con políticas de izquierdas: El mundo laboral, (poder adquisitivo, condiciones laborales, pensiones dignas…), el terreno del feminismo (protección ante el machismo, igualdad de derechos y oportunidades). Y todo lo que tenga que ver con la protección, potenciación y mejora de “lo público”. Si las legislaciones que se encuadran en estos tres terrenos de juego se dejan incompletas, la derecha conservadora tendrá un magnífico campo de cultivo para plantar sus egoístas y antisociales medidas neoliberales.

Es mucho lo que se están jugando en nuestro nombre. Es necesario que unos y otros, en las direcciones de los grupos parlamentarios y en las bases de militantes y simpatizantes de ambas organizaciones progresistas se templen los nervios. No están obligados a amarse, pero sí a seguir colaborando para continuar como hasta ahora, haciendo políticas de izquierdas que mejoren nuestras condiciones de vida.

Veremos.

Ricardo GAranda, 100323

 

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