Le
había asegurado a mi amiga Ana que mi columna de hoy iba a tratar de “las dos
almas del PSOE”, pero no va a ser así. Ya hablaremos otro día de que en éste
partido sus militantes están en la gran disyuntiva de no saber dónde situar su
ideología en los grandes momentos de ser consecuentes con ella.
He
abierto el ordenador, y me he encontrado con un comentario que ha revuelto mis
antiguas rebeldías por la lucha, la justicia, la libertad, la democracia, la
transición…Esos momentos que según algunos y algunas grandes militantes del
actual cambio no existieron, o existieron poco, que no hicimos o hicimos poco.
“Este día es muy especial para mi
familia. Está lleno de recuerdos y emociones porque mi padre estuvo dentro de
la Iglesia, porque mi ama tuvo refugiada a gente en casa para que no les
pillara la poli, mientras no sabía dónde y cómo estaba su marido, porque es
parte de la seña de identidad de mi barrio, por tantas cosas…”
Maite
recuerda lo que ocurrió en la parroquia de San Francisco del barrio Zaramaga de
Vitoria a las 17 horas y 10 minutos del 3 de Marzo de 1976.
Había
4.000 trabajadores en huelga, una asamblea en la Iglesia, gases lacrimógenos
para que salieran y disparos según salían. Un centenar de heridos, cinco trabajadores
muertos:
--Pedro
María Martínez de 27 años.
--Francisco
Aznar, de 17 años.
--Romualdo
Barroso, de 19 años.
--José
Castillo, de 32 años.
--Bienvenido
Pereda, de 30 años.
Trabajadores
que defendían su derecho a huelga y reunión para luchar por la mejora de sus
condiciones laborales.
¿Lo vamos a olvidar?
Ministro
de Gobernación: Manuel Fraga Iribarne.
Ministro
de Relaciones Sindicales: Rodolfo Martin Villa (reclamado por una juez
argentina, acusado de crímenes contra la humanidad por estos hechos)
Ministro
de Presidencia: Alfonso Osorio.
¿Los
vamos a olvidar?.
En
1976 ya había muerto Franco en la cama, mientras la democracia (eso que ahora
parece que fue un regalo del antiguo régimen) se luchaba en la calle, en la
fábricas, en las facultades, en
asambleas y manifestaciones con golpes, detenidos, disparos y muertes. Porque
estos cinco no fueron los únicos, hubo muchos más en distintos puntos de
España. Me alegro profundamente de que para la mayoría de la población española
esto ya sea sólo historia, pero hay manchas rojas en ésa historia, manchas que
nunca acaban de desaparecer, manchas que algunos no queremos que desaparezcan.
Lo
de Vitoria fue un asesinato policial a sangre fría, un verdadero acto fascista
que se revela insoportable escuchando las comunicaciones de órdenes del canal
de la policía.
De
aquella España venimos y estas cosas nos pasaban… por luchar. Que nadie sea
“malagente” queriendo infravalorarlo o simplemente obviarlo. Respetar la
memoria de quienes podemos contarlo, pero sobre todo respetar la de quienes no
pueden…
Por
Pedro, Francisco, Romualdo, José, Bienvenido y muchos y muchas más:
¡¡Viva
la lucha de la Clase Obrera!! Y honra a quienes perdieron la vida y la libertad
por ella.
Estoy
seguro de que mi amiga Ana entenderá el cambio de planes.
Ricardo Garanda Rojas
(@rgarciaaranda)
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