viernes, 10 de febrero de 2017

J.L. Gil


 Ricardo Garanda Rojas (@rgarciaaranda)


Ya estaba en ello cuándo nos conocimos, sindicalista de las primeras hornadas, de los de siempre.
Leonés del frío y la humedad, macerado en la Mancha del sopor y la sequía. Como cuándo “asustas” las legumbres echando agua fría en el hervor, pero al revés. Solo así salen esas legumbres tiernas, convincentes. Para repetir.

Jose Luis Gil lleva doce años de responsable de las Comisiones Obreras de Castilla la Mancha, más los que estuvo dirigiendo éste Sindicato en la provincia de Ciudad Real, más…pues eso, de los de toda la vida, de los que se sustituyen ¿cómo no? pero con muchas y profundas dificultades.


Ahora tiene que dar el relevo y algunos y algunas temblamos. Es un relevo absolutamente natural y para la gente que ha conocido el sindicato durante estos doce años no hay ninguna razón para sentirse incómodos, toca el relevo y punto.
Fotografia de J.L. Romero
Pero los viejos conocimos una organización sindical que en algún momento se fracturó por dentro y Jose Luis, con su talante de entendedor de climas extremos, supo hacer lo necesario, un poco convenciendo y otro poco dejando espacio para el auto y el mutuo convencimiento, y la organización se fue amasando, engranando sus distintos cuerpos, para volverla a convertir en una buena máquina, con inevitables ajustes, continuos engrases y necesarias revisiones, pero una gran máquina a punto para su laboral y social función.

Por si no fue poco, en los últimos tiempos hizo falta un gran nivel de dirigente para mantener el equilibrio social durante los cuatro años del gobierno de la Sra. Cospedal. Acertadamente, él, su equipo, y más gente de la dirección de CC.OO. entendieron que Castilla la Mancha podría ser pretendida como campo de pruebas “tacherianas” por parte de los gobiernos del Partido Popular. Era imprescindible medir la respuesta y él supo medir muy bien.

Jose Luis Gil ha sido un buen Secretario General, además, porque es una buena persona en un mundo donde a veces se confunde esta virtud con aparentes signos de debilidad. Estúpido mundo éste y quienes así lo fabrican. De débil nada, de asustadizo menos aún, Jose Luis es un hombre con una capacidad empática extraordinaria, desgraciadamente escasa en otros y otras dirigentes, de ésta organización y de otras.
fotografía de J.L. Romero
Sí, es verdad, algunos y algunas temblamos. Yo creo que es inevitable, cogieron él y su gente, su equipo, una organización desunida y la entrega compacta…Por primera vez desde que la votamos, la norma de la limitación de mandatos me parece rígida. O no, no sé.

No me perdonaría el propio Jose Luis que hablara de sus méritos sin hablar de la inmensa ayuda de su amigo y también mío Juan Barreda. Cómo éste mismo dice: “como uña y mugre”. ¿Puede haber más unión?. Pero de Juan ya hablaremos otro día, en cuánto yo sepa que se ha ido de viaje a miles de kilómetros.

Y termino, la historia pasada  nos lo trajo a este Sindicato, y estuvo bien, bastante bien. Esperemos que la historia futura sepa guardarle el espacio, el magnífico espacio que se merece.

Gracias J.L. Gil, ya me puedes invitar a una Gin con Tanqueray en El Torreón. Uno solo, que ya vamos para mayores...



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