martes, 2 de mayo de 2017

LITERANIA 2017



Ricardo Garanda  (@rgarciaaranda)


Escribir no es difícil, hacerlo bien es ya otro nivel, siempre subjetivo y frecuentemente complicado de identificar. Publicar lo escrito, hasta ahora, era casi imposible, salvo que el autor o la autora decidiera satisfacer sus necesidades de hacer público sus ideas, sus pensamientos, sus reflexiones, sus sentimientos, para su gente más cercana, en cuyo caso, con más o menos idea de diseño y de estética, quedaba la opción de ir a la imprenta y hacer una autoedición a su costa con la esperanza, al menos, de poder cubrir los gastos.



Las editoriales deciden cuál es el material que puede conseguirles beneficios si asumen su publicación. Con criterios comerciales más que de calidad literaria, aunque con frecuencia, no siempre, suelen coincidir, con protocolos de los espacios libres en el mercado editorial y del momento temporal en el que se puede asumir la publicación de una obra determinada. Miles y miles de novelas, libros de historia, colecciones de poemas, etcétera, en la cola de la indefinición y la inexistencia, esperando su momento, su oportunidad, su espacio en el mercado, que con frustrante frecuencia nunca llega.

Nace la Sociedad Cooperativa de Escritores Independientes (SCEI) con su Editorial Proust y una solución intermedia empieza a ver la luz: el autor, la autora cubre sus gastos de corrección e imprenta pero ya hay una editorial, una organización que facilita la distribución, actos de presentación, stand en diversas ferias y fiestas del libro. Ya hay un equipo que asesora y ayuda y da a conocer nuestra obra. La diferencia es importante, yo diría que fundamental.
A las tradicionales Editoriales no les gusta esta idea, no les va bien que se puedan vender libros sin su control, saltándose protocolos de mercado que ellas han establecido. Temen perder la potestad de ser ellas quienes deciden cuándo, cómo y porqué se publica un libro. Por eso ejercen su boicot. Por eso los escritores de la Editorial Proust no podemos exponer nuestros libros en la Feria del libro de Madrid, ni en otros sitios, como Córdoba. Sí pudimos estar en la de Barcelona, en Valladolid y en Granada.

El sello de Independiente se hace muy duro para quienes exigen dependencia.

En estos días, la SCEI y su Editorial Proust está celebrando su propia feria del libro en Madrid, en el Parque de La Vaguada: LITERANIA 2017. Quinientos metros cuadrados de stand con novelas, poemarios, libros de historia, ficción, viajes, realidad, sueños, deseos  cumplidos o frustrados: Vidas, que es lo que hay en los libros, vidas.
Prácticamente todos los y las que aquí estamos no hubiésemos podido tener ésta magnífica oportunidad si hubiésemos dependido de una Editorial al uso. Mucho menos si hubiésemos editado solo por nuestra cuenta. Es la aventura de la Independencia, si algo nos gusta y estamos capacitados, que alguien nos ayude, que cada uno,  a su vez esté dispuesto a ayudar.

De eso trata esta historia.

Por Literania están pasando cientos de personas, escritores,  lectores. Se esperan muchos más de aquí hasta el domingo siete de este mes de Mayo. No solo hay libros, aun siendo eso lo esencial, hay otros quinientos metros cuadrados para la música en directo, monólogos, parodias y degustación de productos gastronómicos. Ambiente, otra vez vida, con nada se pelea la literatura.

Se puede ofrecer cultura rozando los límites trazados por lo más egoísta del mercado. Solo se necesita una condición: que los lectores sepan comprender que hay mucho más detrás de los grandes títulos, de los grandes autores.

Facilitemos el espacio a los nuevos creadores y a las nuevas creadoras. Cultura independiente, hasta dónde nos dejan. Vida.



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