viernes, 16 de marzo de 2018

La Maliciosa, el reto (Pesadilla en Zocodover V)




Ricardo Garcia-Aranda Rojas. (@rgarciaaranda)


La ciudad, sin duda, tiene sus encantos.
Hay ruido y la gente va deprisa, los edificios y la contaminación no te dejarían ver bien el aire si alguna vez llegaras a levantar la cabeza. Vas fijando los ojos en los adoquines mientras descansan para después atreverse a ser elevados hasta la altura de algún escaparate de ropa, libros, viajes o lo que sea menester.  Antes hasta forzábamos el cuello y elevábamos nuestra mirada para leer los títulos de las películas que estaban poniendo en cada cine. Ya ni siquiera vale la pena subirlos tan alto.
Pero tiene sus encantos la ciudad. Es en la gran urbe dónde se acuñan conceptos como “café rápido”, ”caña ligera”, “un vino volando”. Es en la gran ciudad dónde si quieres garantizarte que vas a encontrar a alguien conocido, has de quedar con él o ella previamente en un lugar preestablecido. Es en la ciudad dónde te planteas que el domingo es un gran día para ir de compras…

Sé que estoy siendo muy negativo, pero tengo siempre abierta una puerta a la esperanza, seguro que la ciudad tiene sus encantos. Sino ¿por qué iba a haber gente que no quiere salir de ella y que cuándo se va de vacaciones termina echándola de menos? Tiene que haber, necesariamente, alguna razón.

Yo reconozco una que me parece trascendental: La necesidad que se crea en el individuo de escapar, de irse, de buscar ese cielo que aquí no ve, ese aire limpio que  la ciudad desconoce, ese ambiente de camaradería relajada que en la montaña encuentras.
Dibujo de Cecilia Romero
Y, sobre todo, el compromiso personal con distintos retos. Los de la urbe ya agotan, los del trabajo, molestan. Otros, físicos y espirituales. Otros.

El que yo cuento en este relato es uno más, cualquiera sirve para el objetivo de encontrar ese otro rincón tuyo que en la vida cotidiana de la ciudad no ves, no sientes, a veces sólo ansías. La Maliciosa es un magnifico pico de la sierra de Madrid. Entre la Pedriza y la Bola del Mundo, entre la tierra y el cielo o el cielo y la tierra, según estés arriba o abajo.  No exagero cuándo indico que al final se produce un diálogo entre esa montaña y tú. Es la propuesta del reto entre tú mismo, tú misma y vuestro respectivo loco, ese que siempre quiere que hagas “otra cosa”.

Cuándo estás a punto de subir la cuarta vez, como estoy yo, después de un largo periodo de ausencia, la saludas con cariño, imaginas que ella hace lo mismo contigo y venga, a subir, a cumplir este repetido reto. Ahí empiezan y acaban muchas cosas. Seguramente después tengas que recuperar las que ahora apartas, seguramente, pero eso ya será más tarde, otro dia.

Es “La Maliciosa” el título de otro de los relatos que componen el libro “Pesadilla en Zocodover” y es posible que después de leerlo, tengas la necesidad de juntarte en un grupo en el que sientan el mismo deseo que tu de calzarse las botas y subir a cualquier montaña, porque mi Maliciosa está también en los Montes de Toledo, en los Picos de Europa, en la cordillera Bética…La Maliciosa es algo más que un pico.

También puedes primero cumplir tu reto, dejar de vagar deprisa por los adoquines, subir despacio por la tierra y las rocas,  llegar arriba, y cuándo bajes, leer mi relato. Seguro que si lo haces así me vas a comprender.



Nota.- Quien quiera un ejemplar de "Pesadilla en Zocodover y otros Relatos" dedicado por el autor no tiene más que pedírmelo por cualquier vía, por ejemplo a través de un M.D @rgarciaaranda. Os lo haré llegar.

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