viernes, 26 de agosto de 2016

La Hora del Rescate

Ricardo Garanda Rojas (@rgarciaaranda)


A vueltas con el acuerdo entre el Partido Popular y Ciudadanos buscando los más íntimos secretos de las matemáticas cuándo se busca el tercer factor de una suma que no acaba de cuadrar. A revueltas con las variantes de ése tercer factor de los tres tercios del PSOE: el que quiere sumar de perfil, el que no, no, no y no suma por ningún sitio y el que desearía sumar en otra operación de un espacio distinto, con aires ventosos pero mucho más limpios.



Si al final el tercio condescendiente del PSOE llega a confirmar la suma, el PP podrá seguir gobernando con dos objetivos claros: mantener el “estatus quo” apisonado durante estos últimos años y seguir elaborando medidas restrictivas para los trabajadores, parados y jubilados de éste país, siguiendo las líneas de su ideología neoliberal y de la de quienes fuera de nuestras fronteras se sienten felices porque así se haga. Y lo tendrán que intentar entre juicio y juicio, porque este asunto de las corruptelas no parece que se arregle con sumas y restas, al menos no con estas. En cualquier caso está claro que bajo techo parece que llueve menos.
Hay pocas alegrías en el ambiente, al menos entre los sectores sociales más machacados por las políticas que desde el Parlamento y la Moncloa se están ejecutando. Quienes teóricamente tendrían que haber cedido generosamente en sus egos partidistas ya desde el 20D, no parece que hayan estado ni, salvo sorpresas, estén a la altura que de ellos podíamos esperar algunos.

Pero en cualquier caso, los tiempos no tienen por qué ser iguales, la pérdida de esa mayoría absoluta que ha permitido al anterior gobierno aplicar leyes y medidas sin ninguna posibilidad de corrección, abre ahora un nuevo espacio de debate, de acuerdos, de búsqueda conjunta de soluciones. Y no solo por parte de los grupos parlamentarios.
Los Sindicatos tienen que recuperar el espacio social perdido. La thatcheriana presión desde las instituciones y la utilización contra ellos de algunos (¿todos?) medios de comunicación ha restado un protagonismo a estas organizaciones que la clase trabajadora de este país necesita recuperar. A parte de este colectivo no parece que ninguno más pudiera estar interesado en que esta recuperación se produzca.

CC.OO. está en pleno debate interno con un documento cuyo título ya da una idea de las intenciones: “Repensar el Sindicato”, y en uno de sus apartados reflexiona precisamente sobre el espacio que debe ocupar y defender como sujeto sociopolítico que es. Las negociaciones laborales entre partes se realizan en el contexto de los centros de trabajo, pero es siempre imprescindible cuidar de que las condiciones políticas y sociales puedan favorecer esas negociaciones encaminadas siempre al intento de mejora de las condiciones de los trabajadores y las trabajadoras del conjunto del País.
En el citado documento de debate interno, se apuesta por la necesidad de trabajar en común con el resto de organizaciones sociales y políticas que muestren su sincera voluntad de solucionar la creciente desigualdad que se está generando en el mercado de trabajo, origen de grandes injusticias contra las familias más desfavorecidas.
Combatir la creciente pobreza, trabajar en el objetivo del pleno empleo, defender a ultranza la recuperación y mantenimiento del estado de bienestar, luchar por conseguir mayores cotas de igualdad entre hombres y mujeres combatiendo el maltrato como su más dramática consecuencia.  Y otros temas que, con frecuencia, también escapan a los límites de las empresas y han de salir a la calle, a las instituciones, como los medioambientales, la protección legal de los inmigrantes, etc… Son objetivos prioritarios para un sindicalismo del corte de CC.OO, pero también los son para otras organizaciones sociales y políticas, parece el momento de una adecuada puesta en común y definir quien está en cada sitio con estos asuntos.

En éste escenario CC.OO. ha de recuperar la hegemonía cultural y social que consiguió durante una importante parte del aún cercano siglo XX, “vinculando la mejora de las condiciones materiales con los derechos laborales y con la democratización política y económica”.
Los últimos años que hemos vivido han sido políticamente muy desfavorables para que organizaciones sindicales como CC.OO. pudiera avanzar en los derechos y condiciones laborales de los trabajadores, entre otras cosas porque las leyes no se aprueban en los centros de trabajo, sino en el Parlamento. En su documento de debate, CC.OO. plantea muchas preguntas, algunas ya conocidas, otras nuevas. Asume errores estratégicos y propone nuevos caminos en estos nuevos tiempos para el trabajo de representación laboral y de interlocutor social.
Es de aplaudir ese debate que este Sindicato se plantea en estos momentos, sería muy conveniente que otras organizaciones políticas y sociales comenzaran igualmente a replantearse cosas. Gran parte de los trabajadores y trabajadoras, de los jóvenes, de los jubilados de éste País lo está pasando mal y tienen serias dudas sobre su futuro. Se podría pedir a un gobierno liberal que afloje la cuerda, pero no hay que poner muchas esperanzas en el resultado de la petición. Pónganse mejor de acuerdo en un trabajo conjunto los partidos y organizaciones que más cerca están del problema.

Aunque termine gobernando el Partido Popular, es la hora del rescate.






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