viernes, 10 de mayo de 2013

Necedad o Tozudez ideológica (Primera parte)



LA COLUMNA DE LOS VIERNES

 

 Necedad o Tozudez ideológica (Primera parte)


Yo creo que Rajoy ya no sabe dónde está. Y lo lamento, porque, a pesar de no coincidir con él en casi nada, hay muchos momentos en que me fastidia que esté tan perdido, me gustaría verle mejor, diciendo cosas mas razonables y acordes con la realidad que vivimos en éste país.
Comprendo que, teniendo el día 24 horas, lo mismo no tiene tiempo para enterarse de lo que aquí está pasando. ¿No tiene quien le ayude?. Que le cuente alguien, aunque sea por escrito, lo que está pasando la gente.

Parece que nadie debe aconsejarle, ni siquiera por escrito, como al coronel, porque, de ser así, no se atrevería a darnos las gracias por “nuestros sacrificios”.  No debe haber nadie que le explique que no somos víctimas voluntarias, somos prisioneros y prisioneras de unas decisiones con las que no estamos de acuerdo. Estamos presos, Sr. Rajoy, y a los presos se nos da cama y comida, o no, pero sin lloriqueos hipócritas y fascistoides.

No le justifica porque él los ha elegido, también a ellas, y hay alguna muy fina. Pero está rodeado de necios y estoy seguro de que él nunca pensó que fueran tantos y de tanta intensidad. No creo que ninguno me demande por esto, o que me llamen etarra, que parece estar de moda, está clara la identificación del concepto en el diccionario, y muchos de ellos, y muchas de ellas soportan y superan la definición.

O es que el Ministro del Interior no ha dicho necedades durante su mandato.Yo diría que unas cuántas, la última que  recuerdo es esa de que abortar tiene algo que ver con el terrorismo (no mucho, pero sí algo). ¡Qué bestia!.

¿Y la de Sanidad? Acaso no es suficiente necedad plantear que aunque se haya beneficiado de los dineros de la Gurtel, no es culpable porque ella no conocía como pagaba las cosas su exmarido. Es tan necia que acusa de machista a quien se lo reprocha. ¡Que pieza!

El de Exteriores tiene una necedad que se concreta en el ansia por la intermediación. Quiere intermediar entre palestinos e israelitas, entre el gobierno y oposición en Venezuela. ¡Qué pesao¡

¿Y el de Justicia? Yo creo que Rajoy le eligió porque necesitaba un necio muy necio para justificar los deseos de la jerarquía de la Iglesia Católica. Y éste era el justo, el adecuado. Yo creo que lo recomendó la propia Esperanza Aguirre. Me la imagino con su sonrisita de presumir de “dos pasos por delante”:  “Rajoy, éste es tu hombre, que en su familia viven resentidos desde el 85, cuándo su padre perdió la votación de la propuesta del gobierno de Felipe para despenalizar el aborto. Este es tu hombre . Mariano, je,je,je.”
Gallardón es necio en el sentido más clásico, al que se refería Sor Juana Inés de la Cruz: “Hombres necios que acusan a la mujer sin razón…”

Pero no solo los ministros. Hay algún nuevo fichaje entre el grupo parlamentario del partido de Rajoy que es para lucirse.¿Quién era aquel que aplaudía con tanta vehemencia? . Cuándo llegue a su pueblo le llamarán necio igualmente. ¿Cómo se puede aplaudir a una Parlamentaria que decide, ante unos datos claramente erróneos, que el aborto es una cosa de trabajadoras con poco nivel cultural?. Y, aunque así fuera, ¿es esa una razón para prohibirlo?.

Rajoy está rodeado de necios y necias. La cuestión es si tiene capacidad para darse cuenta y ya le viene bien que así sea, o tiene el mismo nivel que ellos y ellas y ni siquiera  se da cuenta.

Para la Historia siempre le será mejor la segunda opción: “El tenía buena voluntad, pero no supo darse cuenta de que estaba rodeado de necios. Puteó a todo el  mundo sin darse cuenta de que lo hacía, nadie de los suyos se lo dijo”.

La alternativa es peor: “Fue perfectamente consciente del daño que hacia a la gente, pero su tozudez ideológica no le permitió hacer otra cosa.”

La tozudez ideológica. Otro día hablaremos de ella. Qué daño hace. Ya conocerán aquella fábula en la que un escorpión le pide a una rana que le permita atravesar el río en su lomo. Ni hablar, me arriesgaría a que me clavaras el aguijón. A lo que el escorpión dijo ¿Cómo voy a hacer tal cosa, nos ahogaríamos lo dos?. Cierto, dijo la rana, de acuerdo, súbete. En la mitad del río el escorpión le clava el aguijón envenenado a la rana, y ésta se queja ¡qué has hecho! A lo que el escorpión contesta confundido: no lo he podido evitar, es mi tozudez ideológica.

Pues eso….


Ricardo Garanda R.

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