LA COLUMNA DE LOS VIERNES
Poder Absoluto
El Señor Fernández Díez se queda, una vez más en la
superficie en el momento de expresar sus ideas, no sé si también de sus
sentimientos. A juego con su Obra: importante lo que haces, no lo que sientes.
Habría que decirle al Sr. Ministro del Interior, que la
gente protesta, lucha, se desespera, se cabrea y, como consecuencia de todo
ello, se manifiesta en la calle porque defiende su derecho a una vida digna. A
veces, simplemente, a una vida. Y con las barbaridades que están haciendo en el mercado laboral, la
Sanidad y la cobertura de los enfermos dependientes, se están rompiendo las
vidas de muchos, está muriendo gente. ¿Acaso este señor cree que esto no es un
derecho absoluto?
Tal vez el señor Ministro, y sus compañeros y compañeras de
gobierno, sufren una dramática confusión conceptual, porque al mismo tiempo que
niegan la opción a reclamar derechos humanamente absolutos, confunden “la
mayoría absoluta” con “poder absoluto” que solo otro régimen que no fuera
democrático les otorgaría. ¿Es por ahí hacia dónde quieren ir?
Solo una respuesta positiva, por su parte, a ésta pregunta
podría explicar sus palabras y decisiones, las palabras y decisiones de sus
compañeros y compañeras de Gobierno, solo las palabras, de momento, de otras
personas con poderes fuera del Gobierno de la nación, y las decisiones de su
Jefe, mucho más parco en palabras. Primero nos retiran los derechos que nos
permitían llevar de manera adecuada una vida digna, y ahora quieren utilizar
todos los métodos a su alcance para impedir que nos quejemos.
Y cuándo decimos todos los métodos a su alcance no hacemos
metáforas, no exageramos. Este Gobierno, apoyado en su partido, quiere callar a
más de media España con métodos dictatoriales y con leyes antidemocráticas. Y quienes
hacen eso tienen un nombre y ellos lo conocen. Con ese nombre pasaran a la
historia, porque ésta la vamos a escribir nosotros y no van a poder evitarla
por muchos medios de comunicación que compren.
Lo de Ceuta fue un escándalo que solo se explica desde la
estrategia del terror como medio disuasorio y quienes dieron las órdenes estaban
perfectamente autorizados para ello, solo por eso no ha habido dimisiones. Con
15 muertos a sus espaldas no cabe otra explicación.
Lo del 22M es de libro, ya se hacía hace 50 años en este
País. Pero entonces no existía la constatación directa de la realidad a través
de las redes sociales: esos paisanos ayudando a los uniformados a poner
grilletes, ése revolucionario de extrema izquierda con la bandera de España en su pulsera. Los Policías que
participaron van a tener razón en esto, esos aparentes errores, esas
instrucciones tan contradictorias, ese aislamiento ante radicales…efectivamente
todo parece un guion escrito por alguien.
Y luego ¿Quién aconseja a esos sindicatos de policía que
mientan descaradamente en ciertos medios de comunicación? Quien sacó del
almacén la “muleta-espada” y la riñonera con las bolas metálicas y las puso,
mintiendo, ante las cámaras, hizo un flaco favor a la institución. Popularmente
han perdido muchos puntos en su credibilidad, pero jurídicamente la cosa puede
ser muy peligrosa si los jueces dudan de la verosimilitud de las pruebas
presentadas. No es extraño que los abogados aconsejen ya que no se hagan
declaraciones en las comisarías.
Trampas, mentiras, engaños. Base poco sólida para sus
objetivos de prohibir, de coartar, de impedir con leyes o con amenazas de
multas y cárcel. Hasta los jueces les dicen ahora que su proyecto de Ley de
Seguridad Ciudadana ni es de seguridad ni es para los ciudadanos, es
directamente anticonstitucional porque atenta contra los derechos de quienes
pretende defender.
Cuándo en nuestra historia, relativamente reciente, del
último franquismo ocurrían estas cosas, el conflicto se trasladó a las calles.
De ahí vino la expresión de “Franco murió en la cama, pero el franquismo murió
en la calle”. Es cierto que entonces no había Parlamento, tan cierto como que
si el de ahora no sirve por abuso de poder del partido mayoritario, la calle
volverá a ser definitiva. Y dará igual desviar las protestas fuera del centro
de las ciudades, porque entonces harán falta dos policías, la que acompañe a la
Manifestación y la que proteja el centro de las ciudades. Y dará igual que las
leyes sean más represivas, ya lo eran, y mucho, aquellas otras.
La clave nunca estuvo en la represión sino en la solución de
las causas. En Ceuta y en Madrid.
Ricardo Garanda Rojas.
(@rgarciaaranda)
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