LA COLUMNA DE LOS VIERNES
NOS FALTA UN HERVOR
Hace unos cuántos años (muchos para mi, se ve que pocos para cierta evolución social) me sorprendía siempre una reflexión que tenía que ver con las cuestaciones de la Cruz Roja. Era muy normal que las “esposas” (metáfora de manos atadas) de los próceres del momento, los que podían presumir de ricos o aquellos que habían sido agraciados por algún cargo de la administración a distinto nivel, se ponían sus mejores galas y participaban en las mesas cuestatorias. En muchos casos, los medios de comunicación, es decir, la Televisión Española se ocupaba de dejar bien claro el enorme corazón de éstas generosas Damas. Año tras año, en el día señalado para tan gloriosa empresa, se veía el gozo en las caras de estas mujeres y de sus respectivos maridos cuándo éstos se acercaban a la correspondiente Mesa a realizar el gran acto generoso de depositar unos billetes de la época en la bandeja (una hucha no servía porque no se veían bien esos billetes).Hasta hicieron una película.
Hasta ahí el espectáculo. Podía soportarse porque parecía un buen fin (¡¡Vamos ricachones soltad la pasta!!)
El problema es que esos hombres y esas mujeres nunca hubieran estado de acuerdo en estar obligados a pagar al Estado una pequeña parte proporcional de sus enormes ingresos para que Este pudiese cubrir los gastos sociales de las gentes necesitadas.
Ahora tampoco, muy poco o nada se ha cambiado en este terreno.
O tal vez si, a peor, porque en aquella época el egoísmo unido a la presunción (mezcla que nos define bastante bien el concepto de hipocresía) era patrimonio de una pequeña élite social. Ahora, ese egoísmo social es practicado, además de por los de antes, por una inmensa clase media. Muy pocos aceptan de buen grado que el Estado les retraiga una pequeña parte de sus ingresos para cubrir necesidades sociales perentorias.
Y la televisión española vuelve a estar ahí. Os recomiendo que leáis o escuchéis los comentarios sobre el nuevo programa “Entre Todos”. Yo hago el mío: Vomitivo. Y me temo que será un programa de gran éxito. Un Gobierno antisocial necesita iniciativas como estas para cubrirse las espaldas.
Tenemos, pues, un problema. Hace ya años que cambiamos de una Dictadura a una Democracia, pero las personas, los individuos que forman parte de la sociedad que cambió su sistema social y político siguen siendo igual de egoístas e hipócritas. Decepcionante. .
Actualmente seguimos estando dispuestos a ser solidariamente generosos. Colaboramos con alguna o varias ONGs, aportamos productos a algún banco de alimentos, participamos en campañas de compra y reparto de material escolar, etc, etc, etc.. Pero mayoritariamente la gente esta en contra de pagar sus impuestos para que el Estado mantenga un buen sistema sanitario universal, una adecuada estructura educativa que asegure formación a todo el mundo, unos presupuestos para atender a las personas dependientes y necesitadas. Y de aportar a las necesidades del tercer mundo, ni hablamos..
¿Qué nos pasa? Los partidos políticos tendrán su culpa. Unos por defender este sistema tan antisocial, otros por no ser capaces de defender electoralmente otra alternativa. Pero ¿y la gente, nosotros, los ciudadanos?. La inmensa mayoría ni siquiera se plantea reflexionar sobre la personal falta de colaboración con una sociedad mas justa.
Se les llena la boca con sus sentimientos especialmente caritativos. Pero, aparte de alguna pequeña aportación voluntariamente visible, no están dispuestos a que el sistema les retraiga nada de manera obligatoria.
Estamos en algún punto alejado de nuestra propia evolución.
O sea, nos falta un hervor.
Ricardo Garanda R.
(@rgarciaaranda)