Ricardo G-aranda Rojas (@rgarciaaranda)
Un
europeo y un refugiado, cara a cara, durante cuatro minutos…a los ojos…ahí delante,
sin escapes, sin evasiones, sin cambiar de pensamiento.
Cuatro
minutos parecen poco, pero seguramente sobran para asumir en conciencia que
quien tienes delante es un ser humano, con nombre, con historia, con dolores y
dramas, con la alegría de que ahora está lejos de la guerra, del hambre porque
está frente a ti.
“Aquí
me tienes, soy un padre de familia, soy una madre que he parido tres hijos y
aquí los tengo, soy una niña que quiero crecer, amar, vivir…Aquí me tienes,
devuélveme si quieres a la mar, a la muerte…”