Hace unos años, cuando se
utilizaba el concepto “Contienda” se referían a la pasada Guerra Civil, que fue
la consecuencia directa de un golpe de Estado ejecutado desde el ejército,
animado por sectores conservadores a quienes el gobierno de aquel momento no le
satisfacía. Por eso cuando el pasado 12 de setiembre D. José María Aznar hace
una llamada a la “contienda nacional” contra el previsible futuro Gobierno
progresista, muchos en este país entendemos que su discurso tiene elementales
fundamentos de golpe civil contra un gobierno que, si se constituye, será
absolutamente democrático y apoyado por la mayoría del Parlamento.
Tras las golpistas
palabras del Sr. Aznar, el PP convoca una movilización-concentración-reunión de
partido, para su militancia, pero abierta, solo para el PP pero a la que puede
acudir quien quiera… Hasta VOX tuvo que decir que era un lio de convocatoria y
que no sabían qué hacer.
¿Esta convocatoria se
hace desde la dirección actual del PP para hacer caso a “su líder carismático”,
o, por el contrario, para aliviar tensión a la llamada “a contienda”? Pues
parece que dentro del partido conservador unos creen que es por una razón y
otros por la contraria. En cualquier caso, el deseo de sublevación está en el
espíritu de todos ellos, una vez más, el concepto de democracia se les hace
grande.
Es el previsible acuerdo
de Amnistía el pretexto útil para movilizar, pero no es esa posible ley contra
lo que realmente luchan. Si el PP no tuviese el lastre de tener que contar con
VOX, estoy seguro de que ya hace tiempo que Feijoo se hubiese sentado con los
representantes de JxCat para negociar el apoyo a su propia investidura. Y, de
no ser por ese lastre, no sé si todo hubiese estado encima de la mesa, pero, por
supuesto, si estaría una ley de amnistía.
Lo que de verdad no
soporta el PP (y tampoco algunos viejunos y caducos próceres del PSOE) Es que
existan verdaderas posibilidades de reeditarse un gobierno de alianza
progresista. Que el PSOE y SUMAR (Podemos incluido) vuelvan a tener la
oportunidad de avanzar nuevamente políticas de progreso en nuestro País.
Ni siquiera les preocupa
que este posible gobierno esté apoyado por partidos “malditos” por reivindicar
la independencia de sus respectivos territorios. Insisto en que, si no fuera
por el lastre de VOX, con cualquiera de ellos pactaría el PP con tal de
gobernar, incluso con BILDU si fuera necesario. Ya lo hicieron para acuerdos
más locales en el pasado.
Pero Feijoo y su equipo lo han comprendido tarde. Fue grave caer de su convencimiento de que con VOX conseguirían mayoría absoluta, despreciaron las encuestas del CIS y ahora no saben qué hacer con el juguete: Con ellos no suman y se temen que, en el futuro, sumaran menos aún. Pero yendo de su mano nadie se les quiere acercar. Han tenido un fracaso no calculado y sin salidas correctoras. Solo les queda el discurso de “traidores a la patria” y seguir acosando a un probable gobierno con Pedro Sánchez en cabeza.
Y, eso sí, jugando a las
divisiones, sin llegar a comprender que por mucha gente de la izquierda y la
derecha periférica que no esté del todo conforme con D. Pedro Sánchez y su
gobierno, pesa mucho más el miedo a tener a los fascistas de VOX en un
Gobierno. Se creen que, por tener las opiniones a su favor de personajes como
Felipe, Guerra, Leguina, Corcuera, Redondo y alguno más, tienen gran cosa, y no
es así, no tienen nada, o muy poco.
Y, ante esta frustración,
deciden que la batalla es contra la más que probable ley de amnistía para las
mujeres y los hombres implicados en el “Procés”. Para intentar cargarse de
razones se llegan a inventar razones como la inconstitucionalidad de tal
medida, cuando no parece que haya nada en nuestra Carta Magna que impida que se
legisle sobre tal materia.
Miren ustedes, esta
democracia nació en la cuna de la Amnistía. Como dice Nicolás Sartorius, en
aquellos momentos llegamos a perdonar penalmente a quienes nos fusilaban. Pero
claro, ya les entiendo a ustedes, señoras y señores de derechas, en la Amnistía
de octubre del 77, hubo concesiones democráticas para nosotros y perdón para
sus delitos de sangre. La mayoría entendimos que había que hacerlo.
Mi capacidad de
especulación me lleva ahora a un curioso punto: ¿Qué pasaría si en una ley de
Amnistía en la que se perdonen los delitos producidos con el Procés, se perdonara
igualmente las cientos de causas, unas ya juzgadas y con condena y otras aún
pendientes de ella, de ex-cargos y militantes del Partido Popular?
Seguro que el Sr. Feijoo
estaría ya sacando la pluma de su chaqueta.