Gran
oportunidad, se ha quedado desierto el espacio desde dónde se chantajeaba a los
bancos y estos están tristes, ahora no hay nadie que les amenace, les presione,
les chantajee, les robe…
Ahora
hay una buena oportunidad para enriquecerse a costa de las entidades
financieras y hacer felices a éstas, el Sr. Pineda y Ausbank lo han dejado, no
de forma voluntaria, pero lo han dejado.
Y
todo es muy sorprendente, no por el personaje en cuestión, porque que aparezca
un individuo o cien como el Sr. Pineda no es de sorprender en esta España plena
de delincuentes de puño blanco, pero que las entidades financieras hayan
aceptado y pagado es un asunto de mayor gravedad de la que se está valorando.
La
Presidenta de la CNMV, después de reconocer que no le sorprende en absoluto,
aceptando así públicamente un cierto nivel del conocimiento sobre lo que estaba
ocurriendo, se excusa diciendo que no hizo nada porque no es asunto que forme
parte de sus competencias. Error, grave error.
Estas
entidades financieras se valoran o desvaloran todos los días en las subasta de
acciones porque muchos compradores y vendedores actúan con frecuencia influidos
por la información que reciben de la situación de estas empresas, y resulta que
ahora nos enteramos de que muchas de éstas entidades financieras están pagando
buenos dineros a un señor y su organización para que hablen bien de ellas, o al
menos no mal, en sus revistas especializadas.
Permitir
que tales cosas sucedan ¿no es lo mismo que permitir que se tergiverse de
manera delictiva la imagen de las empresas expuestas en la Bolsa?. Pues señora
Dña Elvira Rodríguez, si usted conocía o tenía alguna información sobre éstas
prácticas y no ha hecho nada, cuándo menos ha mostrado usted señales de gran
irresponsabilidad.
Y
luego nos queda la otra cara de este desagradable asunto, la de las entidades
afectadas, porque éstas sí que no pueden, de ninguna manera, alegar ignorancia.
Muy al contrario, parece que dejando aparte a BBV, Bankinter y poco más, la
inmensa mayoría de las empresas financieras han estado aceptando unas prácticas
mafiosas éticamente inaceptables. Si lo hacen por no discutir en los
tribunales, ya es un comportamiento bastante reprochable que perjudica, una vez
más, a la imagen cada vez más triste que se está forjando de nuestra propia
sociedad. Pero si resulta que han ido pagando por temor a lo que desde esta
organización puedan contar de ellas es inevitable sospechar la existencia de asuntos
turbios que necesitan ser escondidos.
En
cualquier caso, parece obvio que algunos cargos públicos y muchas empresas
financieras no han sido nada respetuosos con el más mínimo concepto de la
responsabilidad social que debiera obligarles a ser vigilantes y colaboradores
de que la misma pudiera tener más sólidas bases. Pero no, han preferido callar
y mirar para otro lado, en unos casos, y pagar también callando, en otros.
Se
convierten así, a su vez, en
responsables institucionales y entidades financieras poco respetables. Nada
respetables, aunque las segundas hayan pagado para conseguir lo contrario.
(Y de "Manos Limpias" tal vez hablemos otro día, que sólo con la contradición del nombre ya daría para escribir un serial)
(Y de "Manos Limpias" tal vez hablemos otro día, que sólo con la contradición del nombre ya daría para escribir un serial)
Ricardo G-Aranda Rojas
(@rgarciaaranda)
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