Ricardo Garanda Rojas (@rgarciaaranda)
Estamos
viviendo tiempos horrorosos, por eso nos quejamos continuamente, las cosas no
acaban de funcionar, el Sistema está recolocando a las distintas fuerzas
clasistas, intentando y consiguiendo desclasar en muchos de los casos. Escasean
los medios para que las familias puedan desarrollar adecuadamente sus vidas y
sus proyectos, los gobiernos se inclinan a favorecer a los que mejor situación
tienen, a costa de los más desfavorecidos. Las guerras que producen las
confrontaciones tribales y religiosas sacan de sus casas a miles de familias buscando
un apoyo humanitario que no siempre encuentran.
Los
Bancos a los suyo, la Iglesia a lo suyo, los malos políticos a lo suyo. Y el
resto del mundo pasándolo francamente mal. Europa puesta en duda, España
desconociendo su futuro más inmediato. Habrá que pensar que es realmente un
milagro que esto aún funcione aunque sea a medio gas.
La
respuesta me la exige mi amiga Maite, recordándome que aquí hay mucha
gente que “dobla el lomo” todos los días
para engrasar esta sociedad y que sus chirridos sean algo soportables.
¿Qué
sería de los migrantes si después de jugarse su vida y la de sus hijos,
abandonando todo lo suyo en tierras de guerra y hambre no hubiese voluntarios y
voluntarias de ONG,s esperándoles para ponerles una manta por encima, para
ofrecerles una sonrisa y unas palabras de apoyo y de esperanza?
Y
otros muchos que se desplazan a destinos ingratos dónde falta de todo y ellos y
ellas ofrecen sus vidas para llevar comida, medicina, educación…
¿Qué
sería de las condiciones laborales de muchos de los trabajadores y trabajadoras
de éste País y de otros de Europa y del Mundo si no fuera por el esfuerzo
cotidiano, continuo de miles de sindicalistas que luchan contra viento y marea
por defender sus derechos y tratar de mejorar esas condiciones laborales y
personales?. Y no hablamos solo de salarios y jornadas, también de las
garantías en temas como la salud laboral, las pensiones, la formación que
garantice un futuro, la profesionalidad que permita servir mejor a la sociedad
desde cualquier servicio público o privado.
Y
esas personas que militan en los partidos políticos y que ésta sociedad
desprestigia con una superficialidad que asusta, como si todos fueran iguales,
como si no fuera verdad que la mayoría de ellos y ellas se ofrecen a
presentarse en unas candidaturas con la sana intención de defender sus ideas en
beneficio de un pretendido mejor funcionamiento de la sociedad.
Gracias
a todos ellos y todas ellas podemos mantener aún la esperanza cierta de que
todo esto no es un absoluto fiasco, que aún nos queda un margen de orgullo para
luchar en un incierto futuro y poder mejorar esta realidad antisocial que ahora
nos abruma.
Son
la gente buena, luchadora, generosa, comprometida con el bien de sus
semejantes.
Gente
que admiro y aplaudo.
Gente
que respeto aunque no siempre coincidamos en nuestras ideas políticas,
religiosas, sociales.
Militantes.
Que
no nos falten.
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