Sonseca, Villa Abierta

Ricardo G-Aranda Rojas (@rgarciaaranda)

Escribo este poema celebrando

que pasado y presente

coincidan todavía con nosotros

y haya recuerdos vivos

y besos tan dorados como el beso

aquel de la memoria.

Así acaba “Versión libre de la inmortalidad” un poeta que sin creer en ella la sueña en unos versos que hablan de amor.

Luis García Montero es uno de los mejores poetas actuales en habla hispana. Y digo “uno de los mejores” y no uno de “nuestros mejores” porque no es nuestro, corrigiendome a mi mismo, nadie es nuestro, ni siquiera nosotros mismos salvo en pequeños momentos de aislamiento absoluto, de esos que apenas existen.

Nació en Granada, pero no es de Granada. Su Patria es la Cultura, también es la mía. Porque con las letras, con la belleza, se hace Patria, y en ella intentamos muchos y muchas que nos empadronen.

Luis Garcia Montero tiene diversos premios de poesía: Premio Federico García Lorca, premio Loewe, Adonáis, Nacional de Poesía, Nacional de la Crítica. Es profesor de Literatura y hace poco fue elegido para dirigir El Instituto Cervantes, probablemente la institución cultural más importante del mundo hispanohablante.

Para este poeta la creación poética es inseparable de un necesario compromiso con la verdad. El ya dijo que “aprendemos mucho en la hospitalidad de ponernos en el lugar del otro”- Porque hay tres líneas claras en su obra, también en lo que de su vida se conoce: su enorme conciencia poética, su claro sentido de la responsabilidad civil y una profunda dedicación a la meditación moral.

Cuándo yo leí por primera vez algunos de sus poemas comprendí que tenía la inmensa suerte de quererme parecer a él. No lo sabía hasta ese momento, fue una magnífica sorpresa comprenderlo. Su lenguaje coloquial le hace muy entendible y más cuándo avanza en su obra desde la reflexión a partir  de acontecimientos y situaciones cotidianas. Magníficas obsesiones para situar la poesía a ras de suelo o, al menos, al nivel en el que respiramos el aire que nos permite vivir.

Este año, este magnífico poeta será protagonista en las fiestas de Sonseca, el pueblo dónde yo nací, dónde tengo un buen puñado de amigos y amigas y dónde convivo durante muchos periodos de mi vida. Luis Garcia Montero iniciará las fiestas con el tradicional Pregón. Yo creo que es un gran orgullo para nosotros.

Hay quienes se sienten molestos porque es la primera vez que el Pregón lo protagoniza alguien sin una relación directa con Sonseca. Como si les diera miedo salir al Mundo, a ese espacio visiblemente superior en tamaño y grandeza cultural.

Bien, pues yo por mi parte, invito al Mundo a que venga a Sonseca ese día, siete de Setiembre, y cualquier otro día del año, de la vida.

Hay que querer a las Tradiciones, hay que respetarlas. Pero ese respeto no nos puede obligar nunca a quedarnos hipotecados ante el futuro. No espero yo de las tradiciones que nos paralicen y nos impidan evolucionar hacia las posibles mejoras de las personas, de los pueblos.

Porque además, tengamos cuidado con la trampa de que “siempre se ha hecho así”, podríamos decir que hasta que se hizo el primer Pregón, la tradición era no hacerlo.

Hasta “las tradiciones” tienen un primer día. Por eso quiero expresar mi deseo de que este año comience una nueva, la de que los pregones de mi pueblo los protagonicen personas del gran nivel que lo hace este año. De gran nivel literario, científico, deportista, musical...

Venga de dónde venga, de cualquier parte del Mundo, siempre va a tener que ver con Sonseca, porque Sonseca es un punto importante de ese Mundo. Más importante según el nivel de las gentes que nos visiten.

Para terminar esta contenida columna quiero recordar una reflexión de Antonio Machado : “La verdadera libertad no es poder decir lo que pensamos, sino poder pensar lo que se dice”

Podemos vernos el día siete, por la noche, en la  Casa de la Cultura de Sonseca. O no. Cada uno y cada una que se mire a su propio espejo y decida sobre la prioridad de las cuestiones. Yo estaré allí, no me quiero perder lo que pueda decirnos el poeta Luis Garcia Montero.