#RicardoGAranda (@rgarciaaranda)
Cuándo me levanté ayer llegué al compromiso conmigo mismo: Ricardo, hoy vas a luchar en la calle, en
las páginas de tu blog, en las redes, en las discusiones de la taberna. Vas a
pelearte como tú sabes, como si de verdad fuésemos ganando la batalla.
Hoy Ricardo no vas a
pensar en esas mujeres jóvenes y sus hijas violadas por los miembros de las
maras como condición para seguir viviendo.
Hoy no vas a hundirte
viendo cómo esas mujeres de países en guerra, desde la miseria tratan de salvar
día a día las vidas de sus hijos, buscando como sea algo para que coman.
Hoy vas a dejar a un
lado la información sobre esas niñas vendidas como esposas-esclavas. También
vas a dejar “en espera” esa preocupación por los millones de mujeres que sufrieron y sufren, siendo niñas, la ablación, para que el resto de sus vidas vean como el hombre
disfruta realizando con ellas el acto sexual y ellas no.
Y tampoco te vas a enfadar
con quienes quieren ignorar la importancia de los cientos de mujeres que están
muriendo y los miles de ellas que, sin
llegar a la muerte, están sufriendo graves heridas, físicas, morales, mentales. Con los que dicen que eso es violencia doméstica, y como tal debe resolverse de
puertas para adentro.
Lo tenía yo claro ayer:
hoy, Ricardo, no le vas a decir a ninguna compañera de lucha que te sientes
deprimido, que esto no avanza, y que, si es así, va demasiado despacio. Que
estamos a punto de entrar en la tercera decena del siglo veintiuno y la mujer
sigue estando menos valorada que el hombre, que su salario está por debajo que
el del hombre, que sigue teniéndose que ocupar de la casa, de los niños, de los
abuelos…Que la maltratan y la matan, y que en muchos sitios las tratan peor que a
un animal de carga...
¿Cómo iba yo a decirle
ayer a nadie que esté en la lucha feminista que esta sociedad continúa siendo
machista hasta la médula?, que aún estamos muy lejos...
Ayer no era un buen día
para las sinceridades de este tipo. Y hoy, que es el día siguiente, toca, como
en toda lucha, levantar la cabeza y seguir. Continuar con nuestra necesaria,
imprescindible esperanza por un mundo mejor en el que, de verdad, todos y todas
seamos iguales. Ante la ley, por supuesto, faltaría más, pero no solo ante la ley
sino también en nuestro comportamiento cotidiano, en nuestras relaciones, en lo
que decimos, en lo que escribimos, en lo que pensamos...
Claro que lo nuestro es
ideología, estúpidos, ¿Qué se creen? Tenemos la ideología de la Igualdad y como
dice Rosa Cobo, nos hemos convertido en un “objetivo a batir”. Ya no nos desprecian con un mal chiste y una
sonrisita, les hemos obligado a ponerse serios. Sienten nuestra amenaza porque
hemos demostrado saber acercarnos a ese objetivo de la igualdad, porque somos
muchas y ya vamos, también, siendo muchos.
Pero tenemos que
seguir, no debemos permitir que la resaca nos obnubile: aquí hay todavía mucho
machismo ideológico y práctico. No se pueden negar los avances, pero eso,
lógicamente, nos hace poner el listón más alto, y yo creo que nunca en la
historia ha habido más diferencia que ahora entre la realidad y las
expectativas. Y esto deprime.
No hay democracia sin
igualdad como no hay sociedad avanzada sin libertad. Pero detrás de las
consignas está la vida y por eso hoy me he levantado diciéndome: Ricardo, ya
hay que repasar necesariamente las realidades que ayer dejamos apartadas.
Ayer fue el día de la mujer
y las convocatorias tuvieron un enorme éxito. Ahora hemos de seguir luchando,
cada una y cada uno desde el espacio que pueda, para conseguir que todos sean
los días de la justa igualdad… en todo el Mundo.
Muy bien Ricardo muy buena reflexión, todo el mundo debe concienzarse de tus palabras, ojalá se consiga pronto acabar con las atrocidades que se llevan a cabo en las vidas de muchas mujeres
ResponderEliminarYo creo que la plena igualdad en España está cerca. Estoy plenamente convencido de que se puede conseguir, ¡"y se va a conseguir"! Lo que ocurre es que para lograr eso las propias mujeres tienen que luchar contra sus propias congéneres y contra el todavía machismo imperante en Hispania. Por otra parte, yo creo en un feminismo por la equidad, por la igualdad no en un feminismo que sustituya al machismo, porque estamos como ahora. Los ismos son siempre muy peligrosos e inadecuados. Ni por supuesto me gusta el machismo ni el feminismo que no aboga por la igualdad plena, total. En España yo creo que tenemos cerca el conseguir la plena equidad. No es ni mucho menos un optimismo exacerbado y futil.
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