LA COLUMNA DEL VIERNES
Sindicalístas y “Monodemócratas”
No es nuevo, siempre
ha habido un recelo global hacia los Sindicatos. Lo extraño es el enorme
porcentaje de participación en las elecciones de cada empresa, por encima del 90% normalmente. Y lo extraño
es que CC.OO. y U.G.T. sean las organizaciones sociales con mayor afiliación
del País. En cualquier caso, si estos Sindicatos fuesen perjudiciales para la
clase trabajadora, o para la sociedad en general, los argumentos anteriores no
valdrían un pimiento.
¿Es esto así?
Solo defienden esta, según mi opinión, falacia, los y las
“Monodemócratas”. Palabra que me acabo de inventar para definir ese grupo de
personas, reducido pero socialmente influyente, que se definen como demócratas
de toda la vida pero que les gustaría prescindir, no solo de los movimientos
sociales que no les aplaudan, también de los demás partidos políticos, y, por
supuesto, de los sindicatos. Lo dicho, demócratas de toda la vida.
Para gran parte de los empresarios, incluidos sus dirigentes,
las exigencias de los representantes sindicales son un incordio a veces
incomprensible. Al fin y al cabo son sus empresas, ¿porqué tiene que haber
alguien que le diga lo que tienen que hacer
con sus medios de producción, con “sus” empleados?. Les molesta porque
son “Monodemócratas”.
Los medios de comunicación, al fin y al cabo, son empresas
que, unas más y otras menos, han tenido conflictos laborales. Supongo que todas
las empresas de comunicación tradicionales han confrontado con los sindicatos
en una o varias ocasiones.
No han tenido mas remedio que asumir el conflicto cuándo
este se ha producido. Pero ¿no esperarían los Sindicalístas que, encima, se les
tratara “con cariño” en esos mismos medios “Monodemócratas”.Pocos tertulianos han tenido, de verdad, ocasión de conocer el trabajo cotidiano y continuo de los Sindicalístas. Pero, como con otros muchos temas, ellos cobran por dar su opinión y eso es lo que hacen. Y cuándo un tema no se conoce bien, lo más fácil es opinar desde tu estricto prisma ideológico: “Monodemócrata”.
Y luego están algunos dirigentes y otros opinadores en el
seno de los partidos políticos Monodemócratas que soportan mal la existencia de
otras opiniones organizadas, sobre todo si esas organizaciones les pueden hacer
frente social y democráticamente con argumentos mas o menos sólidos. Y no sólo
están en los partidos conservadores, que
se pudiera entender. Están también en partidos más progresistas, sobre todo si
esa confrontación pone en riesgo un número determinado de votos en las
elecciones.
A pocos de todos ellos les importa realmente la importancia
real que el trabajo de los Sindicatos ha tenido y tiene en el funcionamiento de
nuestra sociedad, especialmente en lo referente a las relaciones laborales. Ni
la presión y sensación de impotencia que estos han de soportar en estos tiempos
de crisis.
Porque lo que no pueden los Sindicalistas es modificar las
leyes. Estas se aprueban en el Parlamento con la correlación de fuerzas que los
partidos han obtenidos en las elecciones correspondientes. Y ocurre con mucha
frecuencia que los mismos votantes a alternativas políticas contrarias al
mantenimiento de los derechos de los trabajadores, luego culpan a los
Sindicatos de que esos derechos se pierdan.
Los Sindicatos presionan y negocian. Esto ha sido siempre
así y seguirá siendo. Otra cuestión es la evolución en el tiempo y la
adaptación a cada momento histórico que
puede hacer variar la forma y la intensidad, tanto de la presión como de la
negociación.
Según algunas encuestas, parece evidente que los Sindicalistas
tienen pocos amigos entre las personas que crean opinión, pero su trabajo no
está en la pasarela, sino en la empresa y en sus negociaciones con las distintas
Patronales y los diversos Gobiernos, les guste o no.La que, probablemente, algunos y algunas quisieran, esos que se consideran grandes demócratas mientras nadie les lleve la contraria: los Monodemócratas.
R. GARANDA R.
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