LA COLUMNA DE LOS VIERNES
8 de Marzo: Cuándo la igualdad no avanza
Los Tiempos políticos, sociales y económicos actuales
no ayudan nada al avance del objetivo de las mujeres por su empoderamiento; más
bien todo lo contrario porque un estancamiento en los avances sobre esta reivindicación
supone automáticamente un retroceso real.
Los signos externos no permiten ser optimistas ni
siquiera en las estructuras internas de las organizaciones sociales más
progresistas. Es verdad que se ganan batallas feministas importantes, la paralización
de la normativa que pretendía modificar a la baja la actual ley del Aborto,
aunque especialmente vistosa, no ha sido la única. También es cierto que el
debate sobre la necesidad de conseguir la igualdad de género está en un punto
mucho más avanzado. Pero se trata del “debate”, no parece que la realidad vaya
en esa misma línea de ascenso. De hecho, a veces da la sensación de que en
ciertos ambientes pretendidamente progresistas parece suficiente con que lo que
avance sea la dialéctica del debate.
Los trabajos desarrollados durante años desde las
Secretarías de la Mujer del sindicato Comisiones Obreras, tanto en sus diversos
sectores profesionales, como en los distintos territorios del Estado, pautados
desde su organización Confederal y en coordinación con otras muchas
organizaciones feministas, han sido fundamentales para ir creando en todos los
ámbitos una conciencia colectiva sobre la importancia que tiene éste objetivo
para un mejor desarrollo de nuestra sociedad. Y esto no solo en el terreno de
los derechos laborales, también en los de la cultura, la ciencia, la medicina,
el deporte, etc…
Pero, a pesar de ese avance, actualmente se mantiene,
por parte de las y los militantes del feminismo, una mayor exigencia en la
búsqueda de mejores resultados, de avanzar más deprisa hacia el objetivo final
de la plena igualdad. La mujer siempre ha tenido grandes problemas de
comprensión en ésta lucha por parte del hombre. En los Gobiernos, en la calle,
en la familia, en el trabajo. También, en su medida, en las organizaciones
sociales a las que se supone un comportamiento más comprometido con ésta causa.
Mientras se va luchando en la búsqueda de mejores
cauces, y ya que hemos puesto el ejemplo
del trabajo realizado desde Comisiones Obreras, me parece adecuado que en éste
aniversario de Trabajadora, la revista de su Secretaría Confederal de la
Mujer, demos un sonoro aplauso a todas
esas mujeres que han luchado, luchan y seguro seguirán haciéndolo en beneficio
de la igualdad total entre la mujer y el hombre, como idóneo camino hacia las
necesarias trasformaciones sociales que necesitamos. Estoy seguro de que muchas
de estas mujeres han ido adquiriendo una formación extraordinaria que las ha de
valer para asumir retos de mayores responsabilidades.
Dicho lo cual me gustaría terminar con un texto
entresacado de un artículo que Marisa Sotelo, directora de la Fundación
Mujeres, escribió dando su opinión sobre la composición exclusivamente
masculina del gobierno griego: “Quienes
desde las posiciones de la izquierda clásica piensan que la lucha por la
igualdad entre mujeres y hombres ha de condicionarse a la consecución de la
igualdad de clase o de condición social, no han entendido ni aprendido nada
sobre los males sociales que nos aquejan…Sin las mujeres no hay igualdad, no
hay desarrollo, no hay bienestar…” (“Sin Mujeres no hay Democracia”, del
Blog Ellas. Diario El Mundo el 28-1-2015).
Ricardo
Garanda Rojas
(@rgarciaaranda)
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