Ricardo Garanda Rojas (@rgarciaaranda)
Ya
estaba en ello cuándo nos conocimos, sindicalista de las primeras hornadas, de
los de siempre.
Leonés
del frío y la humedad, macerado en la Mancha del sopor y la sequía. Como cuándo
“asustas” las legumbres echando agua fría en el hervor, pero al revés. Solo así
salen esas legumbres tiernas, convincentes. Para repetir.
Jose Luis Gil lleva doce años de responsable de las Comisiones Obreras de Castilla
la Mancha, más los que estuvo dirigiendo éste Sindicato en la provincia de
Ciudad Real, más…pues eso, de los de toda la vida, de los que se sustituyen
¿cómo no? pero con muchas y profundas dificultades.
Ahora
tiene que dar el relevo y algunos y algunas temblamos. Es un relevo
absolutamente natural y para la gente que ha conocido el sindicato durante
estos doce años no hay ninguna razón para sentirse incómodos, toca el relevo y
punto.
Fotografia de J.L. Romero |
Por
si no fue poco, en los últimos tiempos hizo falta un gran nivel de dirigente
para mantener el equilibrio social durante los cuatro años del gobierno de la
Sra. Cospedal. Acertadamente, él, su equipo, y más gente de la dirección de
CC.OO. entendieron que Castilla la Mancha podría ser pretendida como campo de
pruebas “tacherianas” por parte de los gobiernos del Partido Popular. Era
imprescindible medir la respuesta y él supo medir muy bien.
Jose Luis Gil ha sido un buen Secretario General, además, porque es una buena
persona en un mundo donde a veces se confunde esta virtud con aparentes signos
de debilidad. Estúpido mundo éste y quienes así lo fabrican. De débil nada, de
asustadizo menos aún, Jose Luis es un hombre con una capacidad empática
extraordinaria, desgraciadamente escasa en otros y otras dirigentes, de ésta
organización y de otras.
Sí,
es verdad, algunos y algunas temblamos. Yo creo que es inevitable, cogieron él
y su gente, su equipo, una organización desunida y la entrega compacta…Por
primera vez desde que la votamos, la norma de la limitación de mandatos me
parece rígida. O no, no sé.
No
me perdonaría el propio Jose Luis que hablara de sus méritos sin hablar de la
inmensa ayuda de su amigo y también mío Juan Barreda. Cómo éste mismo dice: “como uña y mugre”. ¿Puede haber más
unión?. Pero de Juan ya hablaremos otro día, en cuánto yo sepa que se ha ido de
viaje a miles de kilómetros.
Y
termino, la historia pasada nos lo trajo
a este Sindicato, y estuvo bien, bastante bien. Esperemos que la historia
futura sepa guardarle el espacio, el magnífico espacio que se merece.
Gracias
J.L. Gil, ya me puedes invitar a una Gin con Tanqueray en El Torreón. Uno
solo, que ya vamos para mayores...
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