La Sanidad pública es,
junto con la Enseñanza pública y la garantía de las futuras pensiones, los tres
grandes puntos de apoyo que distinguen a un Estado de Bienestar europeo de otro
puramente capitalista, dónde cada uno y cada una quede expuesto a la suerte que
le otorgue el devenir de su vida y la de las personas más cercanas.
Y la cosa, en España, no
va del todo bien. Con datos del año pasado del Ministerio de Sanidad, la
primera consulta a un especialista tenía un tiempo medio de espera en España de
79 días. Para operaciones quirúrgicas, la misma fuente nos informa que la media
de tiempo de espera era de 113 días. Hablamos de medias, lo que significa que
hay casos con un retraso escalofriante. Por ejemplo: más de un 17% tuvo que
esperar su intervención quirúrgica más de seis meses. A junio de 2022 había en
nuestro país casi 750.000 enfermos pendientes de su necesaria intervención. Por
las informaciones que tenemos, los datos no han mejorado en los últimos meses.
Destripando los datos por
Comunidades Autónomas el resultado nos indica, en primer lugar, que el problema
es más o menos igual de grave si el gobierno de esa comunidad es de un color o
de otro: En cuanto a la primera consulta al especialista, están por encima de
la media nacional Catalunya, Navarra, Aragón, Canarias y Andalucía, que es la
comunidad en la que más días de espera se acumula, hasta 107.
En cuanto a la espera de
una intervención quirúrgica, están por encima de la media nacional, Baleares,
Castilla y León, Cantabria, Extremadura, Canarias, Aragón y Catalunya, que es
dónde más días hay que esperar, hasta 151 jornadas de media.
Pero estos datos nos
indican un fenómeno curioso: Salvo algunas excepciones, observamos que gran
parte de las comunidades en las que hay que soportar más tardanza en la cita
con el especialista, resultan ser las que menos días de espera tienen para la
intervención quirúrgica. Y Viceversa.
Así, en el caso de
Andalucía, que es dónde peor está la cita para el especialista, luego hay ocho
comunidades con peores cifras para esperar la intervención. Algo igual ocurre
con Navarra. Y lo contrario en los casos de Extremadura y Catalunya.
Aunque no hay datos muy
fiables, un tanteo en distintos territorios, nos indica que, en el paso de la
consulta de atención primaria a las citas con los y las especialistas, nos
plantean que la tendencia también es esa, es decir, cuanto más hay que esperar
para la consulta de atención primaria, menos días de retraso tendremos para
nuestra consulta al especialista. Esto explicaría, además de otras razones,
que, por ejemplo, en Castilla la Mancha, los tiempos de espera para el
especialista está 17 días por debajo de la media nacional y ese dato conviva
con la necesidad de tener que esperar, en muchas poblaciones entre 10 y 20 días
para la consulta del “médico de cabecera” bien en la versión telemática o bien
en la presencial.
Esta situación es muy
preocupante. Podemos llegar a la conclusión de que las consultas, bien de
atención primaria o de especialistas, realizan la función de semáforos en el
camino hacia la necesaria intervención quirúrgica que intente restablecer
nuestro nivel óptimo de salud. Cuantos más enfermos y enfermas estén parados en
el semáforo rojo de la consulta, menos aglomeración habrá en la meta del
quirófano.
Esta cuestión nos deja
paralizados, porque si ya son tremendamente negativas y preocupantes las cifras
de espera que ahora tenemos para la resolución en quirófano de nuestros males,
¿qué ocurriría si se consiguiera que los tiempos de espera para las consultas
mejoraran?
Los datos son
desesperantes, en cualquier caso. ¿Soluciones? Tendrán que ser globales sin
caer en la tentación de aportar medios en uno solo de los escalones, lo que
podría provocar aún más desequilibrios. Voluntad
política, que con frecuencia nos hace dudar de que exista. Presupuestos adecuados, para una
necesidad que siempre fue perentoria. Y buena
gestión, con personal que, con frecuencia, no parecen comprender la
importancia de lo que tienen entre manos.
En la mejora de la
Sanidad nos va la salud, nos va la vida.
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