LA COLUMNA DE LOS VIERNES
LA JIRA
En realidad, esta columna de
hoy tendría que titularse “Fiestas Populares II” como continuación a las
reflexiones que me atreví a expresar en la del viernes pasado. En ella ponía en
duda nuestras pretendidas cualidades humanas referidas a nuestras actuaciones
festivas. Y citaba yo algunos ejemplos de fiestas populares famosas que tenían
que ver con tostarse las pestañas con petardos, con participar en gigantescas
ensaladas de tomate y, lo que más me preocupaba y realmente me molesta, fiestas
en las que la gente se divierte a costa de humillar y masacrar sangrientamente
a animales, generalmente a toros, ésos magníficos seres tremendamente bellos
cuándo no están sangrando y sufriendo.
Pero hoy me quiero referir a
otro perfil de fiesta popular. La he conocido y he participado en ella en
Puerto de Vega, del concejo de Navia, en Asturias. Allí, el día 10 de Setiembre,
en torno al mediodía, se empieza a reunir la gente del pueblo y de fuera.
Muchos jóvenes, muchos cientos de jóvenes. Con camisa blanca y pañuelos rojos,
amarillos y azules en el cuello y en la cadera, se van concentrando todos y
todas en la carretera que va desde Puerto de Vega a la playa de Frexulfe. Y
empieza La Jira. Con tres Charangas a lo largo del recorrido, se canta y se baila
hasta que se llega a la zona del rio y la playa. Comida, bebida, baño si el
clima lo permite, y sigue la fiesta.
Al caer la tarde, vuelta al
pueblo. Charangas, bailes y cantes. Fiesta. Diversión. Las miles de personas
participantes llegan a Veiga entrada bien la noche y todo el pueblo se va
uniendo de una u otra manera. En la explanada esperan dos orquestas y comienza
una Verbena que no parará hasta que los cuerpos están realmente agotados.
Se lo pasan bien, muy bien.
Lo hacen así en muchos pueblos de Asturias, yo he conocido ésta y me ha gustado
porque es una fiesta realmente popular, dónde todo el mundo participa y dónde
se lo pasan muy bien.
Y es esto último lo que no
entiendo. ¿Cómo se lo pueden pasar tan bien sin necesidad de hacer tonterías o
salvajadas? ¿Cómo es posible tener una gran fiesta tradicional sin necesidad de
martirizar o matar animales?. Si, al menos hiciesen correr un par de novillos…
Pero nada.
Y además, hacen el recorrido
sin ni siquiera una esfinge de virgen o de santo patrón a quien adorar; y
tampoco hay una ermita en el lugar de destino. ¿Cómo puede ser tan divertida una
fiesta tan laica?
¡Qué rara es esta gente de Puerto de Vega¡
Ricardo Garanda Rojas
(@rgarciaaranda)
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