Ricardo Garanda Rojas (@rgarciaaranda)
“Es
como ponerle una medalla al Everest por ser la montaña más alta” así ha juzgado
Leonard Cohen, el otro grande, el acto de concesión del premio Nobel a Bob Dylan.
A
mí también me parece así de evidente. Comprendo que haya gente que argumente su
posición en contra. La concesión de cualquier premio tiene siempre mucho de
subjetivo, es inevitable, sobre todo si caemos en la tentación de creer que el
premiado es el único que se lo merecía. Ni muchísimo menos. A quienes no se les concede es esencialmente
por una razón: Se lo han concedido a otro.
Tal vez Dylan no sea el mejor poeta del mundo ¿Quién es el mejor poeta del mundo?, pero tiene unas letras que impresionan, centradas en la realidad, en casos de existencia reales. Expresadas con ritmo, el ritmo imprescindible para que un poema se pueda definir como tal. Letras populares, tan populares que algunas de ellas son y han sido cantadas por millones de personas. ¿Qué poeta ha sido testigo de que sus versos sean recitados por tal cantidad de gargantas?. A mí no me importaría en absoluto ser uno de ellos.
Para
su éxito se apoya en grandes músicas. Tal vez éste sea el problema, si sólo
escribiera buenos poemas habría menos polémica, pero parece que las buenas músicas podrían perjudicar a
esas buenas letras. Es un "cantante". Lo mismo observamos alguna contradicción en ésta reflexión.
Bob
Dylan es un gran poeta que utiliza un medio perfecto para comunicarse con sus
semejantes: La música. Si hubiese un Nobel a la música se merecería los dos.
Pero sólo lo hay para la extraordinaria calidad que encierra su poética
literatura.
Bien,
pues cuándo conocí la noticia de la concesión del permio Nobel lo primero que
expresé a través de las redes fue: “Vuelve a haber esperanza”. Me volvieron las
ganas y las fuerzas de ser creador.
Dylan es uno de los grandes creadores y
estoy seguro de que su creación ha incidido en miles y millones de personas
para ser un poquito mejores, un poquito más sensibles, un poquito más
solidarios…
¿Es
poco esto señores y señoras? ¿A qué más puede aspirar a premiar un galardón
como el premio Nobel?
¡Viva
la creación literaria, artística!, ¡viva la poesía!, ¡viva Dylan!
Gracias
Bob.
No hay comentarios:
Publicar un comentario