Ricardo Garanda Rojas (@rgarciaaranda)
A
veces, con la lectura de poesía nos pasa algo parecido a lo que nos ocurre con
la audición de música clásica. Asumimos la impresión de productos culturales
densos, profundos, poco atractivos para pasar un rato agradable.
A
veces, aun así, cae un libro de poesía en nuestras manos, lo abrimos, leemos
unos versos sin demasiado entusiasmo, y, a veces, leemos el poema completo, y
pasamos la página y seguimos leyendo. Y pasamos otra, y nos sentamos…
Como
con la música clásica, habrá poesías que no nos llegue suficientemente dentro,
pero ya os digo que, como con la música clásica, tendremos muchas posibilidades de que no sea así, de que los versos
remuevan nuestros sentimientos, los íntimos de amor y dolor y los más externos
de la belleza literaria. Vale mucho la pena intentarlo, si la cosa sale bien
conseguiremos grandes momentos personales.
“Ella”
es un libro de poemas en el que cuento una pequeña parte de mi vida con una
mujer que se ha ido porque su cuerpo no pudo vencer al cáncer. Es una historia
muy personal y no tengo nada claro que consiga que os sentéis para seguir
leyendo. Pero tenía que intentarlo, se lo debía a ella, y a mi..
“Ella”
es poesía, no sé si buena, mala o regular, pero es mi poesía y va en sus versos
un trozo muy grande de mí, el mayor trozo de mí. Y es que quisiera conseguir
que este libro importara a mucha gente. De momento me parece que es algo de lo
más importante que he hecho en la vida.
Soy
el autor de estos ochenta y cinco poemas, míos son los sentimientos que se
expresan, el ritmo que sus versos marcan, la rima que a veces ayudan a ese ritmo…pero
la historia es suya, es de “Ella”, de Felisa. Es la fuerza con la que soportó
la enfermedad, es la valentía con la que asumió su camino hacia el final. Es la
historia de una gran mujer. Tal vez, sea la historia de otras grandes mujeres
que yo no he conocido.
“Ella”
es también la historia de un amor, pero eso me lo quedo para mí.
Hoy,
viernes 21, presento “Ella” en Sonseca, el pueblo dónde ella vivió y yo nací,
entre su gente y la mía, en un pueblo de la provincia de Toledo en el que hay
mucha gente a la que le gusta la poesía, como a mí, como a ella.
Si pudiera luchar
y vencer por ti,
cambiar el destino
escrito en la
negra pizarra
que marca mi
desgarro.
Si pudiera vencer
a los aires
contrarios
a nuestro milagro,
me pondría mi
traje de plumas,
aquel de las
viejas glorias,
y mi casco de
razones vulnerables,
de expresiones
infinitas
y me batiría en el
papel blanco
de la lucha
inhumana
hasta la sorpresa
de la victoria.
Si pudiera luchar
por ti…
…
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