No puede ser…
Esto tiene que acabar.
No eran ni las seis. Ella se despertó preguntando la hora y el por qué de mi tono de voz asustado.
- ¿Que
qué ocurre? Que he tenido una pesadilla y me dicen que es real, que las calles de Toledo se han llenado de
perseguidos, de humilladas familias, de desesperados supervivientes.
-¿Pesadilla?
Si no lo tienes claro pues joder, mira por la ventana y ya verás si es sueño o
real.
Allí estaban, miles y miles de desarraigados. Hombres con gesto de no aguantar más, mujeres dispuestas a aguantar lo que haga falta, niños y niñas asustados y asustadas, sin saber qué es lo que tienen que aguantar y por qué.
-Mujer,
están ahí. Asómate.
-Algo
como esto tenía que ocurrir antes o después, a ver que hacéis ahora. No iba a
ser tan fácil, no se iban a quedar en el barro esperando a que os dierais
cuenta de que vuestro futuro les pertenece.
-¿Nuestro
futuro? Será al revés.
-No,
no es al revés. Ya podéis ir repartiendo.
-Nos
ha costado mucho lo que tenemos.
-El
sufrimiento no cotiza.
-Ni
el dinero sangra, maldito egoísta. Mira esa niña en la ventana, parece querer
decirte algo.
-Señor,
solo queremos vivir, usted manda, ¿Es posible?
-¿Que
contestas?, no parece una petición difícil de entender.
-No
puede ser, sigo en mi pesadilla, no se sabe de dónde y cómo han venido.
-Han
venido de todos los sitios y de ninguno.
Siempre han estado ahí y no los hemos
visto hasta hoy.
Tu pesadilla podemos ser nosotros, tú, yo.
Pero esta gente es
real, esa niña es real, su petición de vivir es real.
-No
puede ser...
No hay comentarios:
Publicar un comentario