Steven Levitsky y Daniel
Ziblatt en su libro “Como mueren las democracias”, se plantean la gran pregunta
del siglo XXI: ¿Están nuestras democracias en peligro? Y una de sus muchas
respuestas a esta pregunta es que tendríamos que preocuparnos mucho cuando un
político, un partido, niegue la legitimidad de sus oponentes.
El Partido Popular
español viene haciéndolo desde que perdieron su gobierno a través de una moción
de censura en una situación en la que tal partido estaba condenado
judicialmente por corrupción.
Sentaron la gran base
para que la extrema derecha, VOX, perdiera absolutamente el respeto por las
normas democráticas. Solo de esa manera se puede entender que su líder pueda
referirse al presidente y a la vicepresidenta del gobierno como “Líder de una
banda terrorista” y como “Rata comunista”.
Los líderes del PP se
remueven un poco incómodos en sus asientos, pero callan. Los han alimentado
ellos y ahora no tienen capacidad ni argumentos para cortarles. Así, el discurso,
los insultos, las mentiras de VOX, se extienden osmóticamente y se convierten
en el discurso, los insultos y las mentiras de “la derecha”.
Se preguntaba la
periodista Pepa Bueno “¿Cómo es posible que en el Reino Unido hayan llegado a
este nivel de descomposición social y económica? Y ella misma se responde
diciendo que hace unos años, sus políticos conservadores empezaron con mentiras
cotidianas sobre Europa y los europeos. Y con un especial tono de desprecio al
diferente.
Mucha gente se creyó esas
mentiras y asumieron, de forma social, ese desprecio al diferente, refiriéndose a los
ciudadanos del resto de Europa. Desprecio a las personas y a las instituciones, algo muy parecido a lo que
ocurrió en EE.UU., que estuvo a punto de terminar con el autogolpe del 6 de
Enero. Las mentiras y las manipulaciones de TRUMP y su equipo, se impusieron
entre la mitad de la población norteamericana.
Y aquí en España nos
quieren volver a robar nuestra Patria. Lo hicieron en el 36 con armas y muertos, y tuvieron un enorme
éxito durante 40 años, con muertos y censura a la libertad. Y lo vuelven a
intentar ahora, de forma mucho más pacífica, con dinero, comprando a medios de
comunicación y periodistas infames, miserables, que ponen por delante su
beneficio personal a lo que debiera ser su obligación ética: Defender la
información y la verdad.
La Patria no es propiedad
de cuatro familias económicamente poderosas e ideológicamente franquistas
porque el avance y el progreso social va contra su “modus vivendi”, sus
privilegios de clase dominante. La Patria no es de ellos, evasores de capitales
y ocultadores de sus obligaciones fiscales.
La Patria es de las
trabajadoras y de los trabajadores que la levantan cada día y la ponen a
reposar por las noches diciendo: “mañana seguimos, que esto hay que
mantenerlo”. Es de los pensionistas, que han producido toda su vida para que
esto funcione y ahora merecen un descanso protegido. Es de las mujeres que han
sufrido y sufren el maltrato individual y el social del machismo imperante. La
Patria es de todos los que nos la curramos, da igual que seamos homos o hetereos,
que seamos blancos o negros, que hablemos castellano o catalán o vasco, que tengamos
medios para tener una vivienda o dependamos de unos exiguos ingresos que solo
nos permita sobrevivir. La Patria es nuestra, ¡Ya está bien!.
Y ahora vienen estos y
estas a decirnos qué película pueden ver nuestros niños y cual no (si se besan
dos chicas ya no) Qué obra de teatro se puede escenificar o cual no (Curiosa
historia ésta de prohibir “Orlando”, porque un hombre se convierte en mujer, ni
el franquismo prohibió “Mi querida señorita”). Hasta a Lope de Vega le corrigen diálogos…
Y a negar las necesidades de las medidas ecológicas, y a quitar competencias a las CC.AA., en las que están ocupando las presidencias, y a obviar la violencia de género, que las mujeres están siendo asesinadas por discusiones intrafamiliares, y volver a la historia de las grandes mentiras de los héroes hispanos, blancos y con apellidos acorde con la gran tradición racista que les posee... volver al franquísmo, aproximarse a la dictadura de las esencias nacionales. Nunca entendieron la importancia de Europa y de la cultura europea. Nunca.
A mí me da miedo esta
gente. Luché en las calles, en los últimos años del franquismo, por defender la
libertad, la igualdad, la cultura y la democracia. Y ahora esta gente, que no cree en la democracia,
aunque la usa para sus fines de destrucción, tampoco considera que la libertad, la igualdad y la cultura sean buenas cosas.
A mí me da miedo esta
derecha.
¿Quién los aúpa y
mantiene?
Lo bueno, si largo, dos veces bueno.
ResponderEliminarBien, amigo ricardo.
Y a quién no le va a dar miedo el fascismo? Solamente los ignorantes se pueden dejar engañar por esta inmundicia. El día 23 que no se quede nadie en casa. Todos a votar contra la barbarie.
ResponderEliminarSi, ¡movilización de la izquierda!
EliminarPero por desgracia ignorantes hay muchos
ResponderEliminarestoy de acuerdo con esta reflexión tuya.
ResponderEliminarRecuerdan, "él español bosteza ,tendrá él estómago vacío? No creo que el vacío está en la cabeza". Esto no nace cómo las setas de la señnoche a la mañana,algo. hemos hecho mal
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