LA COLUMNA DE LOS VIERNES
Caja de Compás Suiza Wild
Heerbrugg (Modelo RZ22)
Hoy yo
quiero escribir de las mujeres. ¿Por que mañana es su día reivindicativo?. Pues
si, me ha parecido una buena razón.
Reflexiono
muchas veces sobre las mujeres en sus reivindicaciones y siempre acabo mis
escritos con la extraña sensación de que no soy capaz de reflejar lo que pienso
y siento.
Sus
vidas, sus luchas, la histórica injusticia que se ha cernido y se cierne sobre
ellas.
Nuevamente,
las noticias de estos días nos animan poco. Esos datos de maltrato en Europa
(hasta las referencias nos fallan en esto) nos hace, una vez más, mirar al infinito
mientras soñamos soluciones. Y lo de la
Ley anti-aborto ya en nuestro país, con el gobierno “erre que erre” y las
gentes desagradables e ignorantes, o aparentando ignorancia, con sotana o sin
ella, diciendo barbaridades, como la de muertos de guerra civil, de los que,
por cierto, ellos fueron parte fundamental hasta el punto de bendecirlo.
Y el
desempleo atacando mucho más (otra alegría) a las mujeres en trabajos tan
sensibles a las necesidades sociales como la Sanidad y los servicios de apoyo a
los más necesitados. Al carajo se han ido los avances en cuánto a ocupación
femenina. No es que fueran una maravilla, pero ahora... Ya vimos lo de la
fiesta de los móviles, casi las únicas mujeres profesionales eran las azafatas.
Esto que no falte…
Si que
estoy yo optimista para este día 8. Pero, como dicen las más militantes en la
lucha feminista, esto no es una fiesta, no está la cosa para felicitaciones.
Claro que se entiende, como se comprende que la situación más bien está para
cabrearse, coger aire, apretar el puño y a la calle. Otra vez, todas las
mujeres que quieran defender sus derechos, a la calle.
Y
nosotros con ellas, en el sitio de compañeros que nos corresponde. El que
quiera, claro, y el que no, que no estorbe, que se quite de en medio, que no
ocupe ni una esquina de la calle porque vienen las mujeres reivindicando sus
derechos. Y nosotros con ellas.
Yo hoy
quiero hablar de mujeres en sus reivindicaciones, tal vez porque mañana sea el Día
Internacional de la Mujer, no digo que no. Pero sobre todo lo que quiero es
estar a su lado en unos momentos en los que la agresión
hacia
ellas,
a su trabajo,
a su
dignidad,
a su libertad,
a su igualdad,
a su autonomía personal,
está
adquiriendo unos niveles de los tiempos del Diluvio, anteriores a los tiempos
del Diluvio.
La “caja de compas suiza wild heerbrugg, mod.RZ22” se la tuvo que conseguir una mujer trabajando durante un verano de
los primeros años 60. Quería ser arquitecta. Una profesión de hombres, y por
ello tenía la oposición de su padre. Ella
fue una de las tres primeras mujeres que ingresaron en la Escuela de
Arquitectura.
Esta
historia, perteneciente al amigo Iñigo Vicente le ha servido a él, y, con su
permiso , a mi, para expresar nuestra admiración por todas las mujeres que
lucharon y luchan por sus derechos en tiempos difíciles.
Y aquí
acabo mi columna teniendo, una vez más, la sensación de no haber dicho ni todo lo
que pienso ni todo lo que siento. Será inevitable.
Ricardo Garanda Rojas
(@rgarciaaranda)
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