Es
verdad que históricamente, IU ha tenido
serios problemas con sus estrategias electorales y con sus mensajes para
conseguir llegar a convencer a mayores colectivos de votantes. Es verdad que
reiteradamente el cainismo interno en esta organización ha ido dando al traste
con sus posibilidades de crecimiento cuándo, aparentemente, éstas se ofrecían.
No hay más que recordar como el mensaje de Julio Anguita asustó a posibles
votantes en aquel momento y para la posteridad. El encomiable discurso de la
pureza ideológica siempre creó serios complejos a miles de votantes que, año
tras año, han encontrado incompatible ese nivel de perfección con sus dudas
ideológicas, fruto de las debilidades humanas de cada uno y cada una.
Puede
ser verdad, por tanto, que aliarse con IU cuándo tu aspiración es conquistar el
cielo podría ser en sí mismo una contradicción estratégica, sobre todo si
quieres conseguir tu objetivo por la vía de la no definición ideológica. Y en
ese terreno el Mensaje de Pablo Iglesias no deja lugar a ninguna duda, o a
todas: no necesitan ser identificados como personal de izquierdas para
conseguir su objetivo de cambiar esto.
Pero
éste carismático líder ha cometido un grave error al despreciar de manera tan
grosera (a mí me lo ha parecido sin tener razones para darme por aludido) a la
ya herida pero fiel militancia de ésta coalición. Hasta ahora, más o menos,
habían ido siendo condescendiente con ciertos mensajes agresivos de la
dirección de Podemos. Al fin y al cabo no dejaba de ser una organización ideológicamente
próxima, amiga, con la que, muy probablemente, habría que hacer algún camino
juntos. Ahora ésa militancia de IU emite su acuse de recibo del “guantazo”
recibido y se sacude el polvo diciendo lo que de verdad piensa de Podemos y de
su líder. Y menos bonito….
Y esto se produce en un contexto dónde el escenario es giratorio, porque ahora parece que los planteamientos de Alberto Garzón de una alianza de izquierdas comienza a coger forma. “Ahora en Común” con militantes de otras plataformas militantes en el objetivo de la trasformación social, con gestes desgranadas del PSOE por su izquierda ideológica, de IU, EQUO, y también militantes del propio Podemos que no aceptan ése planteamiento de no querer nada con nadie, se está convirtiendo en una Plataforma estatal que puede ir adquiriendo una fuerza importante en el contexto de ésa izquierda que Pablo Iglesias rechaza por entenderla limitada y confusa.
PODEMOS tiene aún dos puertas abiertas para intentar “conquistar el cielo” una a través de una sala dónde tiene que saludar, chocar manos e incluso abrazar en un gesto claro de petición de disculpas, gesto de humildad siempre conveniente cuándo te has dejado llevar en tu postura altanera. Y la otra puerta es la que vienen visualizando desde hace tiempo, la directa, por la que sólo caben ellos y quienes quieran someterse a su voluntad de indiscutible liderazgo.
Si
el aún proyecto Ahora en Común es capaz de solventar todos los problemas
organizativos que previsiblemente tendrá que ir abordando, y de superar las
zancadillas que, desde dentro y desde fuera, les van a ir poniendo, habrá un
nuevo mapa electoral para las próximas elecciones generales: El PSOE tendrá
muchas dificultades para seguir captando votos por la izquierda, y Podemos no
será la única opción transformadora para cambiar la gobernabilidad de éste País. Intuyo que ni siquiera será la
opción principal.
Si Ahora en Común avanza e IU no entra en otro proceso de destructiva discusión interna permitiéndose ser eje vertebrador, al menos en lo organizativo, de ése proyecto, tendremos ocasión de comprobar hasta dónde puede Podemos en su presumible avance en solitario a la conquista de su exclusivo cielo.
Ricardo Garanda
Rojas. (@rgarciaaranda)
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