Ricardo Garanda Rojas (@rgarciaaranda)
“España
suspende el examen de derechos humanos de la ONU”.
Esto
es ganas de tocar las narices, con lo sensible, civilizados y cuidadosos con
éstas cosas que somos los españoles. Hasta el extremo de que obligamos a una
señora a salirse de su partido porque parece que aceptó la devolución de mil
euritos de nada que previamente les había prestado. ¡Pues no somos aquí
cuidadosos ni nada!
Estos
de la ONU ya no saben qué hacer para gastar el tiempo. Nos acusan de una ristra
de tonterías que alguien les ha debido ir malmetiendo. Fíjense que dicen que
nuestra policía es racista, habrán estado aquí para verlo. Nuestra policía
antidisturbios (¿entiendes ONU?, antidisturbios, el propio nombre lo indica) nunca
ha discriminado gran cosa en esto de zurrar, cuándo se ponen, atizan a
izquierdas y a derechas. Bueno a derechas menos porque se quedan en casita y si
no tienen algo del aborto o de la clase de religión no meten ruido. Pero vamos
que lo mismo da que el violento turbador sea blanco, negro, chino o
sudamericano.
Se
atreven a decir éstos de la ONU que en España hay desigualdades y
discriminaciones de género. Seguro que
son mujeres las que lo dicen, es que nos tienen unas ganas. Y lo mismo se
atreven a sugerir que esa inventada desigualdad termina provocando los casos de
violencia machista, de hecho también nos acusan de que aquí hay mucha violencia
de ése tipo, como si en sus casas todo fueran carantoñas.
Y
que nos portamos mal con los refugiados, que nuestros cuerpos policiales
practican expulsiones en caliente, sospechosos vuelos de deportación y
denegaciones injustas de asilo político. Estos de la ONU no comprenden que ya
no sabemos qué hacer con ellos, que se nos llenan las calles de pobres y ya
tenemos bastantes con los nuestros propios. Además, hasta no sé qué Arzobispo
nos ha dicho que no nos fiemos de ellos, que no son trigo limpio.
Tampoco
les gusta que sigamos manteniendo vigente la ley de Amnistía del 77. ¿Qué
quieren? Ponerse ahora a investigar y juzgar los casos de torturas,
desapariciones y ejecuciones? Si es que las hubo, que no está claro. Pues en
menudo lío nos quieren meter, lo mismo
está el Baltasar Garzón ese por ahí, no me extrañaría.
Y
lo que ya revienta es que estén en contra de nuestra querida “Ley Mordaza”, con
lo bien que nos viene, que antes de ella no conocíamos los límites y ¡ala!, un lío tras otro, a broncas con la policía ésa que dicen los de la ONU que es
racista. Ahora ya, con ésta bendita ley, ya comprendemos que tenemos que tener
mucho cuidadito con lo que decimos y escribimos, que esto no es una anarquía en
la que cada uno pueda expresarse como dios le dé a entender. Yo, por ejemplo,
cada vez que escribo una columna o un poema, pues se lo paso a mi abogado, no
vaya a meter la pata y ofender a nuestros inapreciables gobernantes, reyes y
jueces. De algo tienen que vivir los abogados, pobrecillos.
Y
no sólo los de las Naciones Unidas, que anda también la Comisión Europea lo
espabilados que van, que según leemos en
El Cofidencial, “…abronca a España por el
nivel de pobreza y el aumento de desigualdad”. A buenas horas.
Lo
que yo digo, un contubernio internacional judeo masónico. Pero nosotros ni
caso, ya se cansarán, busquemos un puñado de abstenciones para que nuestro
magnífico gobierno pueda seguir dignificando nuestras magníficas virtudes, y a
la ONU y a Bruselas ¡que les den!.
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