En nuestra tradición
cultural, en la que mezclamos el sentido cristiano de la culpabilidad con la
claridad de los años grises para asumir de quien puede ser esa culpa, es
imposible pensar que las cosas suceden sin más, por decisión aleatoria de la
naturaleza, del propio devenir de acontecimientos incontrolables por el ser
humano. Alguien ha de tener la culpa. Desde una perspectiva de creyentes apenas
caben dos alternativas: “gracias a dios” si la cosa es buena o “castigo de
dios” si no lo es. Desde la perspectiva socio-política (como la brigada) de los
herederos directos de la tradición franquista, la opinión sesgada está clara:
estos males son culpa de los rojos, concepto para ellos de amplio espectro, y
de los separatistas, diestra o siniestra, sin distingo. Solo se ha perdido, por desuso,
el término masón.
Echar la culpa al Virus
puede resultar inútil porque no tiene DNI ni pasaporte, por lo tanto hay que
buscar responsables por todos los rincones. Todos menos yo. Y como yo si que
soy listo, pues sé todo lo que hay que hacer en estas condiciones: si me llamo
Trump tengo claro que los chinos son malísimos y crearon el virus en un
laboratorio para ganar la tercera guerra mundial sin gastar ni una bala. Si me
llamo Boris Johnson decido que como se puede hacer poco, mejor dejar que la
gente se vaya contagiando y así cuando los tontos del mediterráneo tengan la
segunda vuelta, nosotros estaremos inmunizados. Si me llamo Pablo Casado decido
directamente que cuantos más muertos haya, más peste podremos echar contra un
gobierno de rojos separatistas.
Pero este Covid no
tiene la culpa de que el ser humano sea tan limitado en su capacidad de
comprender que la estupidez es mucho más mortal que cualquier otro virus. Con
la epidemia la gente muere, con la estupidez la gente vive mal, haciendo daño y
al final muere.
Este Covid no es
culpable de que, durante mucho tiempo, se haya priorizado lujos inútiles,
colectivos y personales, por encima de la adecuada preparación sanitaria para
recibirlo.
Este Covid no es la
razón por la que en los centros de acogida de mayores (llamados Residencias
para que suene a lugares paradisíacos) se priorice las mayores ganancias para
sus dueños antes que una adecuada atención de servicios médicos.
Este Covid no es
culpable de que solo tratemos de ser solidarios por egoísmo y en público. A muy
poquitos y muy poquitas les importa un pijo que nuestro personal sanitario tenga
sueldos bajos y contratos precarios durante gran parte de su vida laboral, pero
ahora salimos a las puertas y balcones a aplaudirlos. Al mismo tiempo, por
cierto, que los rechazamos como vecinos por si nos contagian.
Este Covid no puede ser
responsable de la capacidad para odiar de unas ideologías cuyo único interés es
gobernar para proteger sus intereses y los de sus amigos. Uniendo el odio a la
estupidez se consigue de verdad un arma, desde el punto de vista humanitario,
realmente terrible.
Si el Virus tuviera la
culpa estaríamos más tranquilos, porque, tarde o temprano, le tendremos
controlado, y con ese control llegaría la felicidad social infinita (la
personal depende más de que estés solo o de que alguien te quiera). Pero no,
este Virus no tiene la culpa y por lo tanto nuestra felicidad (la social) no
dependerá de su desaparición, sino de que seamos capaces de demostrar que somos
“más listos”, por eso ganamos más dinero y, como consecuencia, tendremos más
poder sobre los demás, pobres inútiles.
La estupidez y el odio
son los virus que nos matan en vida. En contra de algunas opiniones, yo sí me
temo que todo volverá a ser igual.
Amén!
ResponderEliminarEsta España nuestra, está fuera del orden universal.
ResponderEliminarEspaña es diferente.
En mi columna pongo ejemplos de España, pero mi pensamiento está en toda la humanidad. ¿En algún país los hombres y mujeres son menos estúpidos y más generosos? No me parece un problema exclusivo de los españoles.
EliminarMuy de acuerdo contigo... hay mucha tela que cortar.. y mucho listo que pretende seguir "maniobrando" en la sobra. ¿No ves cómo son las "sesiones" del Congreso? Y no por guardar los espacios sino porque sólo saben degradarse unos a otros. ESOS NO SON PERSONAS DE ESTADO, sino ganapanes listillos...Todavía no he leído que renuncien a sus dietas en Madrid puesto que ni se sabe donde andan ni arriman el hombro que es en lo único que tenían que ocuparse como ¿¿¿¿¿padres????? de la nación/estado etcera
EliminarDe acuerdo con el artículo.
ResponderEliminarDe acuerdo con el artículo.
ResponderEliminarCada día me sorprendes más y no va de ideologías en su primera etapa, sino de gestión. No sé si te han informado bien o tergiversas el desarrollo y devenir de los acontecimientos, querido amigo. Los hospitales privados los están utilizando los miembros del gobierno que han contraído el virus. Curioso, pero no interesa decirlo.
ResponderEliminarEn cuanto a las diestras o siniestras, que por cierto, me van al pairo, nada puedo decir, salvo..., que las comunidades autónomas tuvieron que buscarse la vida, como la de Madrid, por poner un ejemplo para evitar que el caos fuera aún peor y todo esto con un gobierno que no tiene ni idea. Verás, esa empresa a la que Ábalos compró el material, es una empresa que nada tiene que ver con temas sanitarios, no solo eso, sino que ha sido investigada y denunciada por estafa en años anteriores. ¿De dónde sacas tus fuentes? Ponte al día y te darás cuenta que quien está fallando de manera estrepitosa y creando calamidades a mansalva son esos partidos que deberían, "según su ideología" ayudar a los más necesitados y lo que tenemos es todo lo contrario, el equipo de chapuzas más grande la historia gestionando el peor momento de nuestras vidas y de las que se fueron. Eres increíble de verdad, patético y cruel, pues sigues defendiendo lo que en este país, el 80 o el 90% queremos fuera en estos momentos.
No te olvides que nos ha y seguirá tocando a todos, si no es a uno mismo por familiares, amigos y compañeros que se han y seguirán yendo por los caminos del universo gracias a todos y cada uno de los miembros de este desgobierno. ¡Salud!, y que no falte.
¡Ah!, a Don Simón, no le quedaría más el nombre de Bacterio, el profesor Bacterio de Mortadela sin FiletMignon, es lo que gracias a elementos como estos que defiendes, nos espera y muchos ya lo están sufriendo, calamidades, hambre, desesperación y miseria. ¿Te suena la canción de Venezuela? Ahí la tienes, soplando malvas de campo santo gracias a su revolución en España.
ResponderEliminarY por último, escucha a Paco Vázquez, sí, ese alcalde del PSOE al que todo el mundo quiere, rojos, azules, verdes, amarillos excepto el morado de la muerte, por supuesto. Busca su último discurso, como la de tantos y tantos ejemplares políticos que en su día hicieron bien su trabajo y no estos gualtrapas del tres al cuarto, comunistas de a billetes de 500, su color favorito.
ResponderEliminarPara irte al pairo las ideologías, tus comentarios son bastante fachas, cosa que no me sorprende en absoluto. Como aquel personaje de La Escopeta Nacional: "Yo soy apolítico de derechas, como mi padre". Efectivamente mis fuentes no coinciden con las tuyas, ni lo deseo, vives en una burbuja del entorno de Vox y por eso crees que estas en el 90%. Inútil será decirte que estas en un craso error.
ResponderEliminarDi que sí, Rincardo, todo a aquello que no suena a izquierda radical es facha. Sigues dando datos que no son reales y ocultas el desastre de este gobierno. Sigue así, vas por buen camino. Los sindicatos están de corrupción hasta la narices y tú presumes ser parte de ellos, tela.
ResponderEliminarSi quieres ofenderme, no lo vas a conseguir, ya sabes, solo lo hace el que puede. Por cierto, aún tienes una deuda conmigo, o es que como me consideras corrupto has decidido no pagármela.
ResponderEliminarDe acuerdo con tu artículo Ricardo.
ResponderEliminarLo único que no quiero y espero que no tengas razón es que despues de esto, ES IMPOSIBLE que TODO vuelva a ser igual. El ser humano somos como somos, pero algo tiene que cambiar.
O eso quiero esperar
Cosas cambiaran, pero no sé si nos alegraremos de ello. Lo siento, no soy optimista, pero hay que seguir luchando para que tú tengas razón y yo esté equivocado.
Eliminar